Reinician las excavaciones en La Escombrera para hallar a los desaparecidos de la comuna 13

Con un acto simbólico en el sector de La Escombrera de Medellín, donde la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) delimitó un polígono protegido, se reanudaron en la mañana de este viernes, 26 de julio, las labores de búsqueda de las personas dadas por desaparecidas en la comuna 13 (San Javier). 

Las víctimas, integrantes de colectivos de mujeres y familiares buscadores, instalaron retratos de sus seres desaparecidos donde se hará la intervención forense ordenada por la jurisdicción. 

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El magistrado Gustavo Salazar quien instaló la diligencia judicial que por más de 20 años estuvieron esperando las víctimas de las diferentes operaciones militares realizadas en la comuna, entre las que se encuentra Orión, reconoció la importancia del trabajo que inicia. 

"Hoy, por fin, luego de tantos peros y tantas largas, empezamos a levantar y a quitar estas rocas, desechos de otras cosas, escombros de otras casas que aprietan el espíritu y asfixian el pecho. Hoy inicia no solo una excavación, sino un proceso que debe alivianar en algo el alma”, expresó el magistrado Salazar ante las víctimas.

Luz Janeth Forero Martínez, directora de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, señaló que la reanudación las excavaciones en esta zona es un hecho histórico para la búsqueda de los desaparecidos en el marco del conflicto armado. 

"Obedece a nuestro plan regional de búsqueda del Valle de Aburrá y específicamente la línea de la comuna 13 de Medellín. Esperamos que con este inicio de las excavaciones podamos devolver la esperanza a todas estas familias y a todas estas personas buscadoras que por más de 20 años han estado haciendo un trabajo muy fuerte de incidencia", dijo la directiva.

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Margarita Restrepo, integrante de Mujeres Caminando por la Verdad, colectivo de madres y esposas que por años han luchado por la búsqueda de sus seres querido en La Escombrera, recordó a las mujeres que fallecieron esperando este día y como era esta lugar cuando era una niña.

“Los árboles, las mangas y las aguas cristalinas en las que nos bañábamos. Era algo hermoso, no se sentía miedo, ni tristeza. Pero llega la tempestad, de color gris oscuro, que generó terror (...) Si La Escombrera hablara, contaría lo más horrendo de lo que pasó, dejó de ser tiradero de escombros y se convirtió en un torbellino que absorbió alegrías, sueños, vidas, planes y futuros”, contó Restrepo.