Murió Rafael González, el cuidador de vehículos que quedó gravemente herido por la explosión de moto bomba en Jamundí

Rafael González estuvo luchando, tratando de aferrarse a la vida, desde que el estallido de una moto bomba, a pocos metros suyos en esa céntrica calle del casco urbano de Jamundí, lo derribó y lo dejó en el suelo indefenso y sin poder moverse. 

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La onda explosiva de aquel 12 de junio lo alcanzó de frente, cuando estaba en esa cuadra de la sede de Bancolombia, donde cuidaba motocicletas en un puesto por encargo. Cuando no estaba vigilando, buscaba su sustento diario con la venta de dulces o escarbando material reciclable en las calles de Jamundí, un municipio ubicado en el sur del Valle del Cauca.

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La Policía Metropolitana de la ciudad informó que recibió la confirmación de la muerte de Rafael González.

Hace una semana, el personero de Cali, Gerardo Mendoza, dijo que don Rafael perdió uno de sus brazos por causa de una bacteria y su pronóstico seguía siendo reservado. Permaneció hospitalizado en la Fundación Valle del Lili, en el sur de la capital vallecaucana. 

EL TIEMPO conoció que don Rafael se agravó, debido a que la infección se extendió por su cuerpo con riesgo de amputar ambas piernas, así como le afectó el estómago. Estaba con ventilación mecánica y el pasado 24 de junio fue desconectado. Falleció en la madrugada de este 25 de junio, según la alcaldía de Jamundí.

"Lamentamos informar a la comunidad que el señor Rafael, quien fue víctima del atentado en el centro de Jamundí, ha fallecido después de varios días de lucha. Su deceso ocurrió aproximadamente a la 1:30 a. m.  (de este 25 de junio)", dice un comunicado de la alcaldía de Jamundí.

"Rafael fue un valiente ciudadano que sufrió graves heridas en el atentado. A pesar de los esfuerzos médicos, fue necesario amputarle el brazo debido a la gravedad de sus lesiones. Desafortunadamente, posteriormente contrajo una bacteria que los profesionales de la salud no pudieron controlar, complicando aún más su ya delicada situación", anota el comunicado.

"Desde la istración Municipal de Jamundí expresamos nuestras más sinceras condolencias a la familia y amigos de Rafael en este difícil momento. Estamos en total disposición para brindar el apoyo necesario a su familia, tanto en el ámbito emocional como en el logístico y económico, en estos momentos de dolor", indicaron en la Alcaldía.

"Nos comprometemos a colaborar con las autoridades competentes para esclarecer este lamentable hecho y para que se haga justicia. Asimismo, reafirmamos nuestro compromiso con la seguridad y bienestar de todos los ciudadanos de Jamundí. No escatimaremos esfuerzos en mejorar nuestras estrategias y políticas de seguridad para prevenir que sucesos como este vuelvan a ocurrir", añadieron.

"Agradecemos a la comunidad por su solidaridad y apoyo durante este tiempo difícil. Solicitamos respeto y privacidad para la familia de Rafael mientras enfrentan su pérdida", sostuvieron en la alcaldía de Jamundí.

La gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, expresó: "Don Rafael González, un celador que cuidaba vehículos en el centro de Jamundí, ha muerto víctima del terrorismo criminal mientras hacía su trabajo diario; una víctima inocente de la violencia de los delincuentes. Mis condolencias más sentidas a toda su familia y conocidos en este momento de dolor".

También sostuvo: "La criminalidad no nos va amedrentar con sus atentados y ataques en respuesta a nuestro trabajo para combatirlos; estamos firmes en nuestra lucha para hacerle frente a los criminales y recuperar el control territorial. Se lo debemos a don Rafael y a todos los inocentes que como él han sido víctimas".

Toro afirmó: "¡NO vamos a vivir con miedo y seguiremos trabajando para proteger a los jamundeños!".

El alcalde de Cali, Alejandro Eder, manifestó: "¿Y quién va a pedir perdón por el vil asesinato de don Rafael Ángel González? Colombia no puede ahorrar esfuerzos contra los terroristas. Contundencia militar es lo que exigimos. No es aceptable que estemos volviendo a esas épocas. ¡Duele!".

Don Rafael llegó con uno de sus hijos hace más de un año a Jamundí, procedente de Venezuela, buscando un mejor porvenir. Caminaron hasta tener ampollas en los pies,  viviendo casi de la caridad en ciudades del interior del país, en medio del frío o elevadas temperaturas hasta llegar a Cali y luego al municipio vecino.

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El extranjero, quien dejó a otros dos hijos en Venezuela, permaneció en la unidad de cuidados intensivos de la clínica Fundación Valle del Lili, en Cali. Tuvo que ser sometido a numerosas cirugías, debido a su crítico estado.

"Una vez conocido el deceso del señor Rafael González lamento profundamente lo ocurrido, como personero de Santiago de Cali. Hicimos institucionalmente todo lo que estaba a nuestro alcance, tratando de auxiliar, de socorrer, de brindar un espacio de aliento, de afecto. El deceso de don Rafael no deja de enlutar a la región, especialmente, el país, porque si bien don Rafael era un venezolano que llegó a Colombia en busca de esperanzas, en busca de vivir y encontró la muerte", dijo el personero Mendoza. El funcionario instó al Gobierno Nacional y a los mismos grupos armados para que la población no quede en medio del conflicto armado.

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El personero indicó que se precisará con el hijo de quien fue la víctima más grave, entre los seis heridos que dejó el atentado de ese 12 de junio, si el cuerpo se traslada a Venezuela o si el sepelio se llevará a cabo en el Valle del Cauca.

Don Rafael tuvo quemaduras de segundo grado en cara, cuello y pecho, y graves heridas en el tórax y en el abdomen. También presentó fracturas en extremidades superiores y en una de sus piernas. No podía levantarse debido a una fractura en uno de los muslos. Además, estaba con ventilación mecánica, de acuerdo con los partes médicos previos de la Fundación Valle del Lili.

El hijo que vive en Jamundí, Ángel González, había señalado que su padre buscaba trabajar, pensando en su familia y que esperaba verlo salir de la clínica para abrazarlo, nuevo. 

En una humilde vivienda, su hijo lo esperaba con mercados y otras donaciones que ha recibido de samaritanos en Jamundí, a quienes la historia del hombre, de 57 años, les conmovió, por haber sido víctima de una guerra ajena y promovida por los disidentes del frente 'Jaime Martínez', bajo el mando de 'Iván Mordisco'.

CAROLINA BOHÓRQUEZ

Corresponsal de EL TIEMPO

Cali