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El drama de una familia que busca a su sobrino ‘vivo o muerto’
Ánderson Quintero salió de Bogotá a Barranquilla hace 5 años. Habría terminado en manos de una banda
Galván basa su testimonio en versión del amigo de Quintero, quien dice que los llevaron a Las Flores Foto: Vanexa Romero /EL TIEMPO
“Estamos con la angustia, lo buscamos vivo o muerto”, son las palabras de un desesperado Santiago Galván Gutiérrez, quien desde hace cinco años lidera la batalla de una familia para conocer la suerte que corrió el sobrino Ánderson Quintero.
Este último es de Valledupar, pero hasta 2016 vivía en Bogotá, donde fue visto la última vez por sus seres queridos en la terminal de transportes a comienzos de octubre. Trabajaba de manera independiente como vendedor de calzados.
Aquella vez, en la terminal terrestre, Quintero se dispuso a tomar un bus que lo llevó hasta Barranquilla para participar en un trabajo que aceptó “sin pensarlo”, según expresa su tío Galván.
“Una amiga que tenía en la cárcel de Montería lo llamó para que le hiciera el negocio a una mujer en Barranquilla. Mi sobrino llamó a uno de sus amigos y viajaron juntos a esa ciudad. Era un negocio de cambiar billetes falsos de 15 millones de pesos. Él no pensó y se dejó convencer”, cuenta el hombre de 55 años.
Galván Gutiérrez agrega que, tras cumplir con el pedido, tenía pensado regresar el 8 de octubre de 2016 a la capital del país. Sin embargo, recibió la llamada de la mujer en la que le pedía hacer “otro negocio”, pero esta vez por una suma de 50 millones de pesos.
Ánderson Quintero, desaparecido hace cinco años en Barranquilla. Foto:Álbum familiar
Tortura y escape
¡Era una trampa! Porque esa mujer sabía que eso era falsificación de billetes
“¡Era una trampa! Porque esa mujer sabía que eso era falsificación de billetes”, sostiene con vehemencia el tío, quien ahora reside en Yopal.
Santiago Galván recuerda que su sobrino aceptó hacer el segundo negocio el 9 de octubre. Un taxista, “que (presuntamente) hacía parte de la banda”, los fue a recoger tanto a Quintero como a su amigo y se dirigieron al barrio Las Estrellas.
“Cuando llegaron, les avisaron que iban a hacer el negocio en otro lado, desviaron el carro y se confiaron. Los retuvieron, a Ánderson le quitaron el reloj, plata, un anillo, los celulares, lo drogaron y le iban a cortar una mano con una sierra. Los golpearon por los billetes falsos y, que si querían, que llamaran para que dieran los 50 millones”, manifiesta Galván.
Posteriormente, añade el tío, tres personas los montaron a ambos al taxi y los llevaron a la orilla del río Magdalena, en el barrio Las Flores, donde arrodillaron a Ánderson. En ese momento, cuenta Galván que el amigo se lanzó al agua, nadó 50 metros y se escondió en una barcaza y luego pidió auxilio en un CAI cercano.
Nosotros decimos que él está muerto, porque esa banda era peligrosa
Familiares de Quintero se enteraron de lo que había sucedido solo hasta el día siguiente, por lo que se trasladaron a Barranquilla y, desde entonces, emprendieron un proceso judicial que no ha dado con el paradero de la víctima.
“Llegamos al Gaula y a la Fiscalía. Desde ahí empezó el drama. No sabemos nada si está vivo o muerto. Aunque nosotros decimos que él está muerto, porque esa banda era peligrosa. En Las Flores encontraron el cuerpo de uno de sus integrantes envuelto en unas sábanas tiempo después”, recuerda Galván.
El tío de la víctima basa estas declaraciones en la versión que presentó el amigo de Quintero ante las autoridades que llevan el caso, por el cual fueron capturadas tres personas que más adelante dejaron en libertad por vencimiento de términos.
Aunque las mismas continúan vinculadas al proceso, pero guardan silencio durante los interrogatorios, según indica el hombre, quien lamenta que el caso ahora esté “echado al olvido”, ya que desde hace dos años está a la espera que se programe una audiencia preparatoria en el Juzgado Único Penal del Circuito Especializado.
En este mundo no hay amigos, está lleno de maldad, traición y envidia
“Queremos saber dónde están los restos de Ánderson y que haya justicia. La familia está desesperada, es un daño que nos han hecho, la abuela que lo crió, y la mamá, porque es su único hijo”, asegura.
Adicionalmente, la pareja de Quintero y sus dos hijos aguardan por saber de él. Cuando desapareció, los menores tenían 10 y 7 años. “En este mundo no hay amigos, está lleno de maldad, traición y envidia. Hago un llamado a los jóvenes a que no confíen en nada”, concluye.
Al finalizar, Galván Gutiérrez pide agilizar la programación de la audiencia para así avanzar en este proceso que los lleve a conocer la verdad en el paradero del sobrino: “vivo o muerto”.