Aumentaron los casos de VIH en Bogotá. Así lo alerta el más reciente Informe de Calidad de Vida de ‘Bogotá Cómo Vamos’ (BCV) que, entre otros elementos, monitoreó indicadores relacionados a derechos sexuales y reproductivos.
“Del año 2017 hasta el año 2021 (datos preliminares), en Bogotá se notificaron 17.098 casos residentes en Bogotá, con una incidencia de VIH promedio en el quinquenio de 45,0 por 100.000 habitantes. En el 2020 se dieron 3.259 casos y una proporción de incidencia de 42,1. En el 2021, el número de casos aumentó a 4.168 y la incidencia a 53,2”, dice el informe.
Para el doctor Luis Jorge Hernández, profesor de la Universidad de los Andes, experto en salud pública y uno de los autores del capítulo de salud en el informe, “la pandemia deterioró los indicadores de salud pública: la gente no tuvo controles ni espacios de prevención. Todo fue covid y no se hizo seguimiento a los problemas de salud sexual, no hubo diagnóstico temprano ni tamizajes. Hoy es clave que todo adulto se haga una prueba de VIH cada dos años”. Además, asegura que las afectaciones en salud mental llevaron a algunos sectores de la población a incurrir en prácticas que los ponían en riesgo.
Por otra parte, el doctor Manuel Ayala, epidemiólogo de la Universidad Javeriana y candidato a Magíster en infección por VIH de la Universidad Rey Juan Carlos, señala que estos aumentos se pueden deber a que en los años de pandemia habría “conteos imprecisos” y que en los años siguientes se registren esos casos antes no diagnosticados. “Es esperable que este año tengamos un aumento significativo de casos. Esperando, además, que para 2023 se estabilice. Esto es un tema de realizar más pruebas y enfocarse en los grupos de riesgo (hombres que tienen sexo con hombres, trabajadores sexuales, etc.)”, dice Ayala.
Un plan de choque
Para Juan Carlos Ulloa, especialista en enfermedades infecciosas y virología de la Universidad Javeriana, es clave retomar con fuerza las campañas para el correcto uso del preservativo, especialmente en población adolescente y joven, y de no compartir elementos como jeringas.
A su vez, el doctor Hernández resalta la importancia de que cada adulto tenga a consejería sexual y que, además, se hagan tamizajes de otras enfermedades de transmisión sexual. “El VIH es la punta del iceberg”, afirma y anota, por ejemplo: “hay que seguir monitoreando los casos de sífilis”. También hace un llamado a atender y prevenir estas enfermedades en grupos como jóvenes y mujeres. El informe, precisamente, resalta que “el VIH y el sida son la principal causa de muerte de las mujeres en edades reproductivas en todo el mundo”.
Finalmente, Ayala hace énfasis en que hay metas que los gobiernos deben cumplir: “de acuerdo con ONUSIDA, entre el 2025 y el 2030 se debe cumplir la meta 95-95-95, que exige que el 95 por ciento de todas las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico, que el 95 por ciento de estas deberían iniciar el tratamiento oportunamente y el 95 por ciento de los que reciben tratamiento antirretroviral debería lograr una supresión de la carga viral. Pero Colombia, antes de la pandemia, estaba en el 85 por ciento de diagnóstico, de estos apenas el 60 por ciento tenía tratamiento adecuado y solo el 43 por ciento se encontraba en supresión viral”.
REDACCIÓN BOGOTÁ