En el nuevo esquema de aseo de Áreas de Servicio Exclusivo (ASE), los 11.000 recicladores activos que hoy operan en Bogotá se mantendrán en un escenario de libre competencia, y seguirán recibiendo ingresos de la tarifa que pagan los s y del producto de la venta de los materiales aprovechables que ellos procesan.
La razón de dejarlos en libre competencia, según la Unidad istrativa Especial de Servicios Públicos (
Uaesp), es que
no todos los recicladores están técnicamente organizados y se correría el riesgo de excluir a la mayor parte de la población del negocio del aseo, y esto iría en contra del fallo de la Corte Constitucional que obliga a garantizarles el cierto y seguro a los materiales aprovechables.
En los contratos de aseo de las cinco zonas de la ciudad quedará prohibido que los operadores beneficiados con la licitación recojan los materiales aprovechables, pero en cambio sí deberán suministrar de manera anticipada a las organizaciones de recicladores, a la interventoría y a la Uaesp, las frecuencias y horarios de los recorridos que faciliten su trabajo.
Tal como está funcionando hoy, los recicladores recibirán una remuneración de la tarifa que pagan los s, según el número de toneladas que reporten a la Superintendencia de Servicios Públicos a través del Sistema Único de Información (SUI), y además podrán vender los materiales aprovechables que procesen en sus recorridos.
Los operadores de aseo quedarán obligados, a través de la fiducia que maneja los ingresos del aseo, a facilitar la liquidación de la tarifa que les corresponda a los recicladores para que los ingresos por los pesajes certificados sean pagados oportunamente.
Los recicladores seguirán autorizados a recoger todos los materiales que consideren aprovechables para el ejercicio de su oficio. El ideal es que todos los bogotanos pongan esos residuos en bolsas separadas de las de los residuos que van al relleno sanitario para facilitar su trabajo.
Los funcionarios de la Uaesp se han reunido con los recicladores para elegir el tipo de canecas que se usarán para los materiales reciclables, y que se instalarán en los sitios elegidos por ellos. La idea es que no tengan más de 1.500 litros de capacidad y 1,20 metros de altura para facilitar la extracción del material aprovechable.
Los operadores tendrán que establecer en su zona respectiva un programa de apoyo técnico a los recicladores de oficio que operen en su jurisdicción.
EL TIEMPO
* Concepto y redacción editorial: Unidad de Contenidos Especiales de EL TIEMPO. Con el patrocinio de la Unidad istrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp).