Colombia está viviendo un fenómeno social silencioso y de gran impacto: el ciclismo aficionado. Ya no hay carretera o camino del país que se le escape a la presencia masiva de ciclistas, no hay día de la semana ni horario en el que no haya un gran número de personas movilizándose o haciendo deporte sobre sus bicicletas, hace mucho el ciclismo dejo de ser una afición de pocos y se ha convertido en el verdadero deporte nacional.
Sin embargo, esta masividad ha traído voces que hablan de prohibir a los ciclistas en algunas carreteras, imponer horarios, hasta de tomar acciones jurídicas para desestimular su uso como el SOAT para ciclistas o cobrar su paso por los peajes. Todo tipo de comentarios hay que leer cuando una persona que no practica ciclismo se refiere a los amantes de este deporte u objeto de movilidad.
Pues yo sugiero todo lo contrario, es momento de sacarle el jugo al ciclismo, es momento de entender que nuestro mayor tesoro nacional son los y las ciclistas, que debemos hacer todo lo posible para que siga creciendo esta práctica deportiva y de transporte, pero no solo por que es saludable y ambientalmente sostenible, EL CICLISMO ES ORO PURO.
Tan solo en 2021 se importaron 759.281 bicicletas en Colombia, se realizaron centenares de eventos para aficionados algunos de gran impacto como el Giro de Rigo, el fondo de Nairo, el Iron Man de Cartagena o la Triatlón de San Andrés.
Se requieren millones de metros de tela nacional para vestir la nueva pasión del ciclismo y bultos de fruta y comida para alimentar el hambre insaciable de estos atletas. Basta con solo visitar las montañas que rodean todas las capitales de Colombia para ver restaurantes emergentes llenos de ciclistas consumiendo productos típicos de cada región , con decenas de bicicletas aparcadas en frente que van entrando y saliendo rápidamente. Y es que un ciclista es el perfecto cliente para un lugar de comidas pues no necesita un gran parqueadero, come bastante y desocupa la mesa en minutos pues debe continuar su camino o apresurarse a regresar a casa: son millones de pesos en cuestión de minutos.
Insisto, sugiero que le saquemos el jugo, pero de manera decidida y organizada, entendamos que el ciclismo es el reactivador económico que está buscando nuestro país. Realicemos políticas serias para impulsar la industria nacional de fabricación de bicicletas con subsidios a los insumos para que dejemos de ser el país que más importa bicicletas en la región, para en poco tiempo ser el que más produce. Incluyamos el ciclismo en nuestro aliado para atraer turismo, Colombia es un país hermoso que ha logrado posicionar muy pocos destinos a nivel global y aquí tenemos una gran oportunidad sí generamos corredores seguros y señalizados que permitan a turistas locales y extranjeros recorrer caminos mágicos en bicicleta, llevando dinero a lugares bellísimos pero desconocidos.
Ayudar a profesionalizar los miles de establecimientos dedicados a la venta, reparación y mantenimiento de bicicletas de tal manera que este sea un trabajo formal con prestaciones sociales y garante de derechos laborales, según cifras de la Secretaría de Desarrollo de Bogotá se estima que este sector en la capital representa 31.290 mil empleos directos.
Son tantos los negocios beneficiados del ciclismo que uno se pregunta, ¿vamos a dejar ir así la gallinita de los huevos de oro?
Generar esquemas de promoción internacional de los eventos deportivos que atraen a los amantes del ciclismo a nuestro país, tal es el caso de la pasada travesía Bogotá Villavicencio, la cual contó con la participación de más de 10 mil ciclistas, de los cuales solo 2 mil eran llaneros según informó la Gobernación del Meta. Este tipo de eventos representan miles de millones en ingresos para los municipios en hoteles, comidas y servicios.
Son tantos los negocios beneficiados del ciclismo: Venta de bicicletas, rios, repuestos ropa, seguros de vida, restaurantes, hoteles, Transporte de pasajeros especializado, agencias de turismo, clubes, escuelas deportivas, productores de eventos. Uno se pregunta, ¿vamos a dejar ir así la gallinita de los huevos de oro?
Es momento de entender que somos un país de ciclistas y que podemos desarrollar nuestra economía alrededor de la bicicleta, así como a mediados del siglo XX nos encontramos con el café como producto insignia, en el siglo XXI es la era del ciclismo y debemos organizar todo para que buena parte de los colombianos podamos vivir directa o indirectamente de esta industria.
FABIÁN MUNAR