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Noticia
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'Que la muerte de mi papá sirva para que ayuden a gente de San Bernardo': hijo de víctima de atentado con granada
Luis Eduardo, peluquero de 70 años, es la quinta persona que muere por guerra entre bandas en el centro de Bogotá.
Luis Eduardo Parra era peluquero de oficio y se dedicaba a ofrecer este servicio a domicilio en San Bernardo. Foto: Néstor Gómez / El Tiempo
Luis Eduardo Parra Arango alguna vez habló de la muerte y dijo que quería recibirla en el mismo barrio donde llevaba viviendo casi seis décadas. Cuando al fin llegó esa cita irreversible con el destino, él cumplió esa promesa que alguna vez le hizo al viento. 'Tanos', como le decían de cariño, es la más reciente víctima mortal del último atentado con granada en San Bernardo, de la localidad Santa Fe.
Pasadas las 11:00 a. m. de este domingo, su corazón dio un último latido. El parte médico indicó que el paro cardiaco que sufrió Parra fue determinante. Todo pasó luego de que una esquirla que saltó tras esa fatídica explosión, en la calle 2 con carrera 11, ingresara por su ojo, se le incrustara en el cerebro y le produjera una hemorragia severa y un trauma craneoencefálico. Duró cinco días en coma hasta que murió, tenía 70 años.
Él y otras cuatro personas hacen parte de la lista de muertos que ha dejado la guerra entre bandas en el centro de la capital. La confrontación, a punta de granadas, también afectó a otras 20 personas que han resultaron heridas. Como en el caso de Parra Arango, muchas de estas personas no han tenido nada que ver con las estructuras que se disputan el territorio, pero han caído en medio del fuego cruzado. "En qué va a parar esto", se preguntan algunos.
Luis Parra, hijo de Luis Eduardo, pide a las autoridades una intervención integral en San Bernardo. Foto:Néstor Gómez / El Tiempo
A seis días de la última explosión, las autoridades no han reportado detalles de los responsables de este ataque. En realidad, tampoco han dado resultados importantes sobre esta situación, cuyo primer antecedente se remonta al 27 de julio de 2024, cuando lanzaron una primera granada en San Bernardo, pero no explotó. Desde entonces han lanzado otros cuatro artefactos similares (entre el 18 de febrero pasado y el 25 de marzo) estos sí han detonado.
El peluquero 'Tanos'
Luis Eduardo llegó a San Bernardo a los 15 años. Con su mamá y tres hermanos más, provenientes de Tolima, quisieron echar raíces y probar suerte en ese sector de Bogotá. Desde entonces, Parra Arango se volvió parte del barrio. Él sentía que esa era su identidad y no quería perderla. "Aquí están los míos", decía siempre que sus hijos le recomendaban cambiar de casa.
En principio, el panorama era próspero. Luis Eduardo, a mediados de los años 80, luego de aprender el oficio de cortar cabello, llegó a tener tres barberías, una en San Bernardo y otras dos en sitios cercanos. Pero la muerte, sorpresiva por naturaleza, intentó tocar una vez a su puerta y le dañó los planes.
Este era uno de los avisos con los que Luis Eduardo promocionaba su trabajo. Foto:Néstor Gómez / El Tiempo
"Un carro lo atropelló y quedó en coma unos 30 días, los negocios se acabaron. Con el tiempo se veían muchos habitantes de calle y los vecinos empezaron a irse para el norte de Bogotá. Mi papá se resistió desde el primer momento", cuenta Luis Parra, uno de los tres hijos de la víctima.
Tras el accidente mortal y el desolador panorama que ya empezaba a vivirse en el barrio, la barbería 'Tanos', pasó a ser a domicilio. Dos de los hermanos de Luis Eduardo migraron y la misma historia la repitieron todos sus hijos cuando pasaron a la edad adulta.
En los últimos años, ante la avanzada criminal en el centro de Bogotá, Luis Parra ó a su papá para aconsejarle que se fuera a vivir a otro sitio. Sentía latente la posibilidad de que su progenitor fuera víctima de la delincuencia común.
"La respuesta de mi papá era: 'mijo, desde que uno no se meta con nadie, nadie se va a meter con uno. Yo estoy bien aquí', pero yo creo que mi papá no dimensionaba la situación. Por ejemplo, acá estamos hablando, pero podemos salir ahorita y no sabemos qué pasa", agregó Luis hijo.
Como en sus últimos años, el pasado martes 25 de marzo Parra Arango estaba parado sobre la calle 2 departiendo con amigos, otros veteranos como él, testigos del deterioro de San Bernardo. Él era un buscavidas de nacimiento, pasaba días enteros en las calles viendo cómo ganarse algunos pesos, ya fuera cortando cabello a domicilio o haciendo favores a sus vecinos.
El atentado por el que murió Luis Eduardo ocurrió el 25 de marzo pasado. Foto:Néstor Gómez / El Tiempo
A eso de las 5:30 p. m. la granada que lanzaron dos hombres en moto estalló y la esquirla que saltó en dirección a su cara le apagó la vida. Nunca más volvió a despertar de ese sueño obligado.
La familia Parra cuenta que de lo que alguna vez fue San Bernardo ya no queda nada, o casi nada. Caminar por allí confirma esa teoría. Sus casas de época son blanco de constructoras con intención de proyectos de vivienda y sus calles son objetivo de delincuentes que se disputan la venta de estupefacientes. "Esto es una lucha entre el bien y el mal, entre bandas delictivas y la gente que se resiste a abandonar sus casas por culpa de esos criminales", cuentan algunos vecinos.
La velación de Luis Eduardo será este martes y su entierro, aunque seguramente él hubiera querido que fuera en esas mismas calles que lo vieron crecer y hacerse viejo, será en el Cementerio Central. Por lo pronto, mientras que su cuerpo es sepultado, las calles de San Bernardo seguirán acechadas por los delincuentes que se quieren apropiar de cualquier esquina para vender un par de dosis de algún alucinógeno que saque a cualquiera de esa realidad lúgubre que los rodea.