Uno de los talones de Aquiles de la istración distrital, sin duda, ha sido el tema de seguridad, que durante los últimos meses parece haberse desbordado. Los hurtos y los homicidios son dos factores que, en vez de reducirse, cada mes reportan cifras peores que las anteriores, incluso se han vivido semanas complicadas por cuenta de varios casos de sicariato. El secretario de Seguridad, Óscar Gómez Heredia, conversó con EL TIEMPO sobre tres proyectos de ley que serán clave en la lucha contra la criminalidad en Bogotá.
La creación de una policía local, un nuevo modelo penal alternativo y la conformación de equipos territoriales son la propuesta del Distrito, antes de acabar el periodo de gobierno, para menguar la crisis de seguridad. Aquí le explicamos de qué se trata.
¿Cuáles son los proyectos de ley que radicaron en el Congreso?
Se han buscado diferentes mecanismos para enfrentar a la delincuencia. Dentro de estas iniciativas nació en agosto del 2022 el primer proyecto que es el de justicia local alternativa, que ya está cursando su trámite en el Congreso y pasó el primer debate. Pero no nos quedamos solo ahí. Pensando que se requerían otras medidas que articularan este primer proyecto se planteó entonces la policía local y los equipos territoriales. Son tres proyectos que tienen como objetivo final mejorar la seguridad y las condiciones de tranquilidad de los bogotanos.
La policía local es un tema que ha causado polémica. ¿De qué se trata?
Lo primero que hay que decir es que nosotros en ningún momento hemos pensado en reemplazar a la Policía Nacional, todo lo contrario, queremos quitarle un sobrepeso y ayudarle. Yo soy un policía más que sigue amando su institución, pero cuando analizamos esto de fondo observamos que nuestra policía en este momento tiene una situación difícil en cuanto a capacidad de hombres y mujeres, entonces necesitamos apoyarla y descargarla en muchas responsabilidades. Por eso, la policía local va a ser dedicada a atender ciertos delitos, no todos, por ejemplo, los delitos que no afectan la vida y la integridad de las personas, especialmente, el hurto y las situaciones contrarias a la convivencia. Los homicidios y conductas de alto impacto seguirán bajo la investigación de la Policía Nacional.
¿Cuál será la competencia de la policía local?
Será un cuerpo de policía armado. Lo que estamos proponiendo es que esta haría parte de la Fuerza Pública y estaría bajo el mando de los alcaldes distritales, en el caso de Bogotá, y municipales de las otras ciudades (la propuesta acoge a las ciudades de más de 2 millones de habitantes). Pero en el caso de una situación de orden público que desborde las capacidades y, por ejemplo, tengamos actores armados, el que tendrá injerencia y mando directo sobre ellos será el señor Presidente de la República que esté de turno.
¿Cómo sería la línea de mando?
Inicialmente, quien estaría liderando esta policía será el alcalde de la ciudad, pero ante una situación que desborde las capacidades, pues será el señor presidente. Lógicamente tendrá que haber un director de esta policía y tendrá que haber unos mandos civiles, que a diferencia de la Policía Nacional, que es militarizada, esta estará formada específicamente en derechos humanos, convivencia y seguridad ciudadana.
Para pertenecer a la Policía Nacional hay que hacer carrera o prestar servicio, ¿aquí quién los va a formar y reclutar?
Sí, efectivamente, se tienen que formar estos nuevos policías, pero deben estar vinculados al Distrito. Una idea que también tenemos es que se formen con la Policía Nacional, que se forme un cuerpo especial de uniformados exclusivo para Bogotá y que esto se convierta en una especialidad de la Policía y que no se permita que las personas que se incorporen sean apartadas de la ciudad.
Este proyecto no sido bien recibido por los diferentes comandantes de la Mebog. ¿Usted, que también fue comandante y ahora secretario de Seguridad, cómo ve el proyecto?
Uno tiene que aprender a diferenciar su rol como comandante de la Policía Bogotá y su rol como secretario porque de lo contrario uno termina metido en cosas que no le corresponden. La responsabilidad está en el comandante de la Policía de Bogotá para muchas actividades, nosotros realmente desde la secretaría lo que buscamos es apoyarlos, direccionar estrategias que nos permitan articular los organismos de seguridad, pero ya en materia operativa de investigación de inteligencia, pues la Policía Nacional tiene todas sus capacidades. Yo he leído este proyecto de arriba abajo y lo único que busca es apoyar a la policía, quitarle una cantidad de cargas y que se dediquen a atacar delitos que generan un mayor impacto. No se trata de dividirlos ni atacarlos, todo lo contrario, la iniciativa parte de acompañar y de descargar.
El segundo proyecto son los equipos territoriales de convivencia, ¿qué son?
Los equipos territoriales de convivencia no serán un cuerpo armado y van a depender del Distrito. Esos equipos territoriales de convivencia no hacen parte de la Fuerza Pública, pero sí contarán con autoridad de policía, es decir, podrían ir y sellar un establecimiento y no será necesaria la presencia de un inspector de policía, como ocurre ahora. Será un grupo especializado en atender situaciones de convivencia como el ruido, las peleas, a los que dejan la basura en las calles, los que se cuelan en el sistema de transporte, a los vendedores ambulantes y la gestión del espacio público. Ellos podrán imponer comparendos y hacer labores de ordenamiento de la ciudad.
¿Y el tratamiento penal alternativo cómo funcionará?
Este proyecto tiene cuatro componentes. Primero, buscamos unas sanciones efectivas; segundo, un procedimiento explícito, o sea, muy rápido; tercero, una restauración para las víctimas, y cuarto, un mecanismo de transformación para los condenados.
Hay algo que genera preocupación y es el tema de las sanciones que pueden ser muy débiles, ¿cómo van a ser?
Lo primero que buscamos es que no haya impunidad. Entonces, las personas que comentan delitos que no atenten contra la vida de las personas o su dignidad claro que tendrán sanción, pero serán de dos años máximo y en cárceles de transformación social. Pero para eso también necesitamos que los procesos para poner esas penas sean rápidos. Hemos analizado y lo que vemos es que poner a una persona que cometió un delito como robo en una cárcel con otros delincuentes de más nivel termina por ser peor porque allí aprenden de ellos. Adicionalmente a esto, el victimario deberá reparar a la víctima mediante trabajo social y estudio, como hacemos hoy en la Cárcel Distrital.
Todos estos proyectos también causarán que sean capturados más delincuentes y Bogotá no tiene infraestructura. ¿Qué ha pasado con el proyecto de la cárcel Distrital II?
Estamos en todo el trámite istrativo con el Inpec para que el terreno en La Picota sea de propiedad del Distrito. De la misma manera, ya estamos dejando los recursos para los estudios y diseños de esa nueva cárcel para que la próxima istración la pueda construir. Sería una cárcel con 3.000 cupos. Además, este año también estamos generando la segunda fase del CER, que es Centro Especial de Reclusión, con una capacidad también para 450 personas más, el cual nos va a permitir tener cada vez mayores capacidades.
REDACCIÓN BOGOTÁ
EL TIEMPO
JONATHAN TORO ROMERO
Más noticias de Bogotá