Desde hace un mes y diez días comenzó a prepararse la reconocida chicha que este fin de semana se vende como pan caliente en el barrio Egipto, durante las fiestas del puente de Reyes.
Ya son 104 años de tradición en el céntrico barrio que colinda con el centro histórico y allí se encuentran variedades de chicha únicas: de maracuyá, de limón, y hasta de frutos rojos.
“El que viene a Egipto y no toma chicha no viene a nada”, expresó Ilva Pinzón, quien recordó que la producción de esta bebida ancestral hace parte del patrimonio de las familias del barrio, quienes se reúnen no solo a prepararla, sino a venderla durante el puente festivo de Reyes.
En su segundo día, y con el apoyo de la Alcaldía de La Candelaria, la festividad les dio paso a juegos típicos como el torneo de tejo y el de rana, en donde los locales y los visitantes se midieron el pulso. Además, para este año se enfatizaron las actividades para los niños, con el fin de que ellos se apropien (como sus padres y sus abuelos) de la tradición.
Como es costumbre, se realizó la eucaristía de los domingos. El cardenal Rubén Salazar presidió la eucaristía, con la que los creyentes celebraban la llegada de los Reyes Magos a Belén tras el nacimiento del niño Jesús y que es la motivación de esta conmemoración en la plazoleta del barrio Egipto.
Cerca de 8.000 personas se esperaban durante el día, para participar de las actividades o disfrutar de la gastronomía típica que mezcla las regiones del país. Allí se ofrecía desde rellena y cocido boyacense hasta la sensación de la temporada: piña con helado.
A esta fiesta asisten miles de personas de diferentes lugares del país. Por ejemplo, Salomón Delgadillo, que llegó del municipio de Funza, Cundinamarca, con cinco familiares más. “Yo vengo hace más de 30 años a la fiesta. Uno encuentra variedad de comida y actividades muy divertidas, como la vara de premios. Esto es un patrimonio de la ciudad y se come bueno”, señaló.
Precisamente, la vara de premios se ha vuelto un referente. Está instalada en medio de la plaza. Es de madera lisa y el reto consiste en trepar el palo, que este lunes festivo sus habitantes engrasan. En la parte alta hay bolsas con premios que solo los más hábiles alcanzan.
Una de las características de la festividad, es que la mayoría de sus habitantes trabajan vendiendo en las casetas, o incluso, como sucede con Aída Piraquive, istrando los baños.
“Yo nací hace 58 años y desde que tengo uso de razón recuerdo las fiestas, que antes eran solo de un día, y vea, ya vamos en tres. Antes había otros juegos, como los burritos, costales, aros y las competencias en carritos de balineras, que ya hoy no se practican”, expresó la mujer.
El que viene a Egipto y no toma chicha no viene a nada. La fabricación de esta bebida ancestral es un patrimonio de las familias que vivimos aquí
Por otro lado, un grupo de ocho niños del barrio fueron los encargados de representar la llegada de los Reyes a Belén. Ellos practicaron durante semanas y con líderes de la iglesia y del barrio realizaron una representación adaptada a los tiempos modernos, cambiando por ejemplo, al ángel Gabriel –que anunció a María el nacimiento de Jesús– por un joven mochilero.
Yo asisto hace más de 30 años
a las fiestas. Me gustan los juegos tradicionales y la gastronomía típica de las regiones. Aquí se come bueno. Yo vengo desde Funza
Este lunes culmina la tradicional fiesta con el desfile de disfraces de camellos y de reyecitos, en donde los niños del barrio se disfrazarán, y estarán acompañados de música. La entrada a la zona es gratuita y hacia las 9 de la noche habrá juegos pirotécnicos y una obra de teatro para cerrar la emblemática fecha en Egipto.
BOGOTÁ
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