Desde lejos se puede ver, pero también oler; no pasa desapercibido. Este bus amarillo, tipo escolar, con dos muñecos zombis en la puerta y un olor a cebolla frita saliendo de él, se lleva toda la atención de los peatones, conductores y curiosos que transitan por la avenida Boyacá con calle 53.
El autobús, modelo 86, que ahora es ‘food truck’ (camión de comida), es un homenaje a la serie ‘The Walking Dead’. Los platos que ofrecen llevan el nombre de algunos de los personajes de la serie, y en su interior, a través de un televisor, se repiten una y otra vez los capítulos de esta historia americana, basada en zombis.
No siempre fue un lugar para que las personas se sentaran y degustaran un plato de comida.
Con un motor 5.000, en el pasado este vehículo se dedicaba a recoger y dejar trabajadores de una mina de un pueblo colombiano. Unos años después, la empresa reemplazó la flota de buses y sacó de circulación aquellos de modelos más antiguos, entre ellos este ejemplar.
“Nosotros estábamos buscando un carro para adecuarlo y que fuera un restaurante, queríamos algo diferente y, además, a mi esposo y a mí nos encanta esta serie de caminantes. Duramos varios meses buscando un bus por Bogotá. Fuimos a patios donde dejaban carros abandonados, pero no encontrábamos nada. Un día, un familiar nos llamó y nos dijo que había uno en un parqueadero. Lo vimos y supimos que era el que queríamos”, relata Lina Aranda, propietaria de The Walking Burger, emprendimiento que funciona dentro del vehículo.
Durante tres meses, Lina recuerda que tanto ella como su esposo, Felipe Sánchez, quien maneja el bus por la ciudad y atiende a los clientes, restauraron por completo el interior y la fachada. Cambiaron piezas oxidadas, lijaron todo el vehículo, lo pintaron de amarillo con negro, hicieron el montaje de las barras, acomodaron las mesas, compraron las estufas y parrillas y las montaron.
Lo empezamos a modificar, quitamos algunas de las sillas, montamos una barra y estufas industriales. La cocina es toda en acero inoxidable
“Yo soy diseñador industrial y a mí siempre me ha llamado la atención restaurar carros. Lo empezamos a modificar, quitamos algunas de las sillas, montamos una barra y estufas industriales. La cocina es toda en acero inoxidable”, cuenta Felipe, quien guarda en su celular las fotos de todo el proceso, desde el parqueadero hasta la apertura del ‘food truck’.
The Walking Burger abrió sus puertas por primera vez en abril de 2017, en el barrio Normandía.
Con la trompa cuadrada y un par de letras de color rojo y estilo neón, quienes lo visitan pueden apreciar, además de muñecos zombis, objetos característicos de la serie, como cuchillos, pistolas, granadas, balas y el famoso bate que usan varios de los actores de la historia.
Esta pareja de esposos asegura que, aunque jamás se imaginaron dejar sus profesiones para dedicarse a los negocios de la comida, hay muchos seguidores de la serie y la temática zombi en la ciudad y ya tienen una clientela a la que le gusta este tema.
“De hecho, nosotros, a través de las redes sociales, publicamos dónde vamos a estar o si vamos a asistir a algún evento. El viaje más largo que hicimos fue a Carmen de Apicalá, y nos fue bien, hasta allá llegó gente a conocer el negocio”, asegura esta pareja de esposos.
Ahora, el bus recorre varios puntos de Bogotá, incluso, es conocido en numerosos centros internacionales de negocios, parqueaderos y festivales alternativos a los que va ocasionalmente, llevando un nuevo concepto de las comidas rápidas en la ciudad.
NATALIA SILVA
Especial para EL TIEMPO