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‘En cuenca media del río Bogotá hay personas que impiden obras hidráulicas’
El sector rural ha sido el más afectado por las lluvias, de acuerdo al gobernador de Cundinamarca.
En entrevista con EL TIEMPO, el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, dice que los trabajos hidráulicos en la cuenca media del río Bogotá son necesarios para evitar inundaciones y que no se han podido invertir $ 300.000 millones.
La situación ha sido particularmente difícil en el inicio de la temporada de lluvias en Cundinamarca. ¿Qué está pasando?
Nicolás García, gobernador de Cundinamarca para
el periodo 2020-2023. Foto:César Melgarejo / EL TIEMPO.
Varias cosas. Durante las emergencias que hemos tenido este año registramos cerca de 21 personas fallecidas, la mayoría por crecientes súbitas o deslizamientos. Tuvimos una época de hasta 90 municipios en emergencia y calamidad pública, luego vino una tregua y nuevamente comenzó la época de lluvia. Hoy tenemos 30 municipios en alerta, con emergencias por fuertes lluvias, por deslizamientos o por crecientes súbitas.
El Ideam declaró alerta naranja en la cuenca baja del río Bogotá y la alerta amarilla en la cuenca media. Tenemos muchas vías terciarias afectadas, con incomunicación con otros sectores, y puentes caídos, como en Paratebueno o en Topaipí. Tenemos maquinaria trabajando permanentemente, todos articulados con cuerpos de socorro.
Tenemos todos los puntos críticos determinados históricamente por la CAR y en esta época invernal, en la de este año, esos puntos críticos se han multiplicado, no es solo donde siempre sabíamos que ocurrían deslizamientos, sino que se han generado casi el doble de nuevos puntos críticos.
En Chía ya se vivió una emergencia, cuéntenos cómo va esa situación...
Hasta las 3 de la mañana (de ayer), el reporte de bomberos era de alerta por inundación, particularmente por el río Frío. Tenemos todos los equipos posibles atendiendo la inundación de calles. En los sectores urbanos muchas veces se presentan estas inundaciones por taponamiento de redes, que se ocasionan por arrojar basura, hemos encontrado llantas, sofás. Un poco por descuido de la comunidad, pero también por el aumento en los niveles del río Frío. Es importante recordar que amanecimos con el Neusa al 97 por ciento de su capacidad, es decir que estamos a poco de decretar la apertura de compuertas de la mano de la CAR.
¿Qué significa abrir las compuertas para las poblaciones aguas abajo del río?
Una vez nos indiquen, tendríamos que comenzar a alertar a los municipios de las cuencas media y baja, que llega hasta la desembocadura del río Magdalena, esto es la provincia del Alto Magdalena, y Girardot es el último municipio. Lo que hacemos es establecer las alertas con cada uno de los municipios, con los puestos de mando unificado, para que se alerte y avise a la comunidad y esta pueda tomar las medidas de precaución. También les hemos pedido a todas las entidades encargadas de la apertura de compuertas que lo hagan de manera coordinada y, sobre todo, en el día.
En el río Neusa se han presentado niveles críticos y en el embalse El Hato fue necesario hacer descargas...
Sí, pero han sido descargas controladas o inundaciones controladas en predios de la CAR. Hay que reconocer el trabajo de la CAR desde la emergencia invernal de hace 10 años. Desde entonces se han realizado unos trabajos que han servido, y son la compra de predios, la adecuación hidráulica del río, para que sean zonas de amortiguación.
El incremento significativo de lluvias puso en alerta a las autoridades sobre los ríos Negro, Bogotá y Sumapaz. ¿Cómo se vive la situación en esas cuencas?
La mayor parte de los problemas se concentran en la cuenca media porque tenemos un freno y es que, teniendo los recursos, cerca de 300.000 millones de pesos, hay personas que se oponen a las adecuaciones hidráulicas. Por eso solo se han hecho trabajos en las cuencas alta y baja. Hace tres meses le pedimos a la Contraloría que nos ayude a respaldar el inicio de obras por parte de la CAR. Situaciones como las de hoy (martes en la madrugada) nos demuestran la necesidad de hacer esas inversiones. Es ese embudo que se genera en la cuenca media el que está causando algunos inconvenientes en el río.
En el río Negro las afectaciones que tenemos, particularmente en Topaipí, son generadas por el río, por la pérdida de bancada. Y en el Sumapaz han sido concentradas las emergencias en Fusagasugá, por quebradas que se han desbordado.
¿Por qué algunas comunidades se resisten? ¿Qué tipo de obras hay que hacer?
Hay unos sectores ambientalistas que manifiestan que ese tipo de intervenciones en el río Bogotá afectan el ecosistema. Esas intervenciones se han hecho en otros sectores de la cuenca y se ha demostrado en las emergencias invernales que el río no se desborda. Se ha hecho un reforzamiento adecuado de jarillones, y donde hay que hacer inundaciones controladas pues se tienen zonas de amortiguación. Sin embargo, hay unos sectores muy puntuales que han instalado comités y no permiten el inicio de esas obras.
¿En qué sitios de la cuenca media se deben hacer las obras hidráulicas?
En Sopó, Tocancipá, Gachancipá, Cajicá y Chía.
¿No hacer esas obras nos puede exponer a un riesgo?
Así es. En Chía, en la zona donde los condominios quedaron con el agua a metro y medio y 2 metros por encima del nivel hace 10 años, se hizo adecuación y desde ahí no tenemos inconvenientes. Pero en los puntos donde no se han generado las adecuaciones seguimos teniendo jarillones que no están en el mejor estado o no tenemos zonas de amortiguación o no tenemos adecuación hidráulica.
¿Qué ha dicho la Contraloría?
Estamos en el proceso de diálogo porque queremos que los mismos sectores que hoy sienten que no hay necesidad evidencien que sí la hay, no es un capricho.
¿Qué tanto se han visto afectadas las vías en esta temporada?
El principal afectado es el sector rural. Cundinamarca tiene el 96 por ciento de su territorio en la ruralidad y hoy tenemos una mezcla de situaciones que hace que el gran perjudicado sea el campesino o el productor que está en la ruralidad, porque tenemos lluvias casi que permanentemente. Tenemos combos de maquinaria, en los que hemos invertido más de 55.000 millones de pesos en la compra y en el mantenimiento de la existente en los municipios. Pero con el invierno no se puede trabajar, las máquinas hoy trabajan no en la adecuación de vías, sino en la remoción de escombros donde hay deslizamientos.