Bogotá: ¿qué hay detrás del violento episodio entre motociclistas y operador de grúa en Fontibón?

La confrontación entre un motociclista y un operador de grúa por la aplicación de una medida de inmovilización de vehículo durante la mañana de ayer en Fontibón volvió a poner en el centro de la mesa el debate sobre las líneas que no se deberían cruzar por ninguno de los actores viales cuando de la aplicación de la Ley se trata. 

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En los videos que circularon por las redes sociales quedó en evidencia como un hombre, al que le habían inmovilizado una motocicleta, según dice la Secretaría de Movilidad, por tener vencida la revisión técnico mecánica desde 2022, interceptó el vehículo en el que se llevaron el automotor, se subió el platón trasero e intentó por todos los medios bajar la moto para que no fuera llevada a los patios.

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En ese momento, se presentó una disputa entre el dueño de la moto y el operario del concesionario en el que, según lo que se puede ver en los vídeos ampliamente difundidos, el conductor arremete contra la integridad física del operario, quien a su vez le responde con otro golpe. Cuando la grúa arrancó, el propietario cayó abruptamente del platón del vehículo y la moto fue inmovilizada.

De estos hechos la pregunta que ha quedado es hasta qué punto y cómo las autoridades pueden aplicar la Ley y si, en casos como este, es legítimo que los conductores de motocicleta intenten evadir la responsabilidad que genera una infracción. 

EL TIEMPO se comunicó con la Secretaría de Movilidad para indagar sobre la cronología de los hechos y saber cómo se había desarrollado el proceso de aplicación de comparendo e inmovilización.

Según la entidad distrital, luego de realizar el proceso sancionatorio la grúa en la que se llevó la moto inició el movimiento y fue interceptada por un grupo de motociclistas que buscaba interrumpir el curso normal a patios. “El personal de GyP Bogotá S.A.S es agredido por los ciudadanos a los que se les inmovilizaron los vehículos por orden de la autoridad de tránsito”.

De la misma manera , Movilidad aseguró que tras conocerse los hechos se le solicitó a la concesión iniciar un proceso de investigación para, en caso de que sea procedente, tomar las medidas pertinentes. 

Por otro lado, el concejal Julián Forero, de la coalición LARA Bogotá y quien ha sido uno de los principales abanderados del gremio de los moteros, al que también pertenece, señaló que este tipo de hechos son reprochables de ambas partes y que no estuvo de acuerdo con la agresión que el motociclista ejerció sobre el operador de la grúa. No obstante, también reprochó que la grúa haya arrancado teniendo personas en el planchón y que en ese momento se haya “empujado” al motero, quien cayó al suelo mientras el carro se movía.

“El tema de las grúas y los patios es uno que se ha debatido muchas veces en el Concejo y que ha generado mucho malestar. Hemos denunciado muchas cosas del contratista porque no cumple las normal (...) lo que pasó ayer es consecuencia de todas las malas acciones que han ejecutado los operadores de grúas que nosotros hemos denunciado”, aseguró el concejal.

A reglón seguido, Forero explicó que en este caso el problema no era sí la imposición del comparendo era o no procedente sino más bien las formas en las que se había llevado a cabo el procedimiento. 

“Los moteros están cansados de tanto estigma, de tanta persecución y tantos malos procedimientos que los lleva a sentir un atropello (...) si el procedimiento se hubiera hecho de buena manera y con una correcta socialización con el motociclista eso no hubiera pasado porque uno es consciente que si uno no tiene un documento pues va a ser objeto de una infracción o comparendo”.

Bajo ese panorama, el director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional, Stalin Rojas, explicó que situaciones como las que se presentaron entre los dos actores viales profundiza la estigmatización negativa sobre los moteros y aleja a la ciudadanía de la percepción sobre la necesidad de reafirmar una cultura de cumplimiento a la norma.

“Este comportamiento sobre la situación con la grúa empieza a volverse frecuente y en esa medida es necesario respaldar la 'mano dura' hacia ellos. Esto implica más control y respaldo a la autoridad de tránsito”, aseveró Rojas.

Por su lado, Darío Hidalgo, experto en movilidad y profesor de Transporte y Logística de la Universidad Javeriana, dijo que este problema redunda también en la prevención de la siniestralidad en la ciudad y que este tipo de controles y sanciones, como por ejemplo la inmovilización por no tener revisión técnico mecánica, están enfocadas en tratar de mitigar la siniestralidad.

“Tenemos un problema grave de siniestralidad vial. Siete de cada 10 muertes en Colombia tienen que ver con motociclistas. Muchas de las muertes de los mismos motociclistas son por exceso de velocidad, choque contra objeto fijo o no usar los elementos de protección y muchas de esas conductas dan inmovilización. Por ejemplo, no pagar el SOAT, no tener la técnico mecánica o no tener licencia de conducir (...) ellos insisten en que los persiguen, pero esto no se trata de eso sino de un tema de incumplimiento a las normas”, anotó Hidalgo. 

Los episodios de intolerancia entre diferentes actores viales que cada día son más recurrentes también han puesto sobre la mesa la discusión sobre el proyecto de Ley que fue aprobado en el Congreso de la República que buscaba cambiar las sanciones para cinco infracciones de tránsito que conllevan a la inmovilización de motocicletas.

El proyecto de Ley, que ya está listo para sanción presidencial, modificará la Ley 769 de 2002, por la cual se expidió el Código Nacional de Tránsito Terrestre, con el fin de establecer igualdad sancionatoria para automóviles y motocicletas, evitando así la inmovilización inmediata de motocicletas por cualquier infracción.

El senador Gustavo Adolfo Hurtado, ponente del proyecto, explicó que la naciente Ley no modificará las infracciones existentes, sino que busca equiparar las sanciones de los motociclistas a las de los automovilistas, eliminando la disposición que ordena la inmovilización de las motocicletas hasta el pago de la multa.

En esa vía, la Ley modificará los artículos 135 y 136 del Código Nacional de Tránsito (que indican los términos del proceso de inmovilización) y ciertos literales del artículo 131.

Las sanciones que serán modificadas son las contempladas para las infracciones (D.3.), transitar en sentido contrario al estipulado para la vía, calzada o carril; (D.4.), no detenerse ante una luz roja o amarilla de semáforo, una señal de “PARE” o un semáforo intermitente en rojo. También, la (D.5.) que castiga conducir un vehículo sobre aceras, plazas, vías peatonales, separadores, bermas, demarcaciones de canalización, zonas verdes o vías especiales para vehículos no motorizados. 

Las sensaciones para la infracción (D.6.), que es adelantar a otro vehículo en berma, túnel, puente, curva, pasos a nivel y cruces no regulados o al aproximarse a la cima de una cuesta o donde la señal de tránsito correspondiente lo indique; y la (D.7.) conducir realizando maniobras altamente peligrosas e irresponsables que pongan en peligro a las personas o las cosas, también serán transformadas.

Darío Hidalgo señaló que estas modificaciones y la flexibilización de la norma puede llevar a un mayor incumplimiento por parte de los motociclistas porque se perdería el “temor a la inmovilización”.

“Sin ese temor solo quedaría el comparendo que es una sanción menor a la inmovilización que obliga al ciudadano al pago de patios además de la multa (...) esto es una flexibilización de la norma en el peor año de la seguridad vial, que fue 2023. Este año hemos logrado reducir las estadísticas en los primeros cinco meses en menos de uno por ciento y esperamos que mejore teniendo en cuenta que diariamente hay 22 muertos, de los cuales 12 son motociclistas”, precisó Hidalgo. 

Finalmente, el concejal Forero aseguró que aunque son conscientes que el gremio de los moteros se ha robustecido y se ha organizado, también tienen claro que no usarían eso para pasar por encima de las normas.

“Jamás vamos a promover la violencia o el hacer lo que queramos pasando por encima de la Ley. De hecho, estamos promoviendo campañas para que los compañeros (moteros) aprendan a comportarse, no pasar los límites de velocidad y andar con los documentos al día. Nunca vamos a promover este tipo de prácticas y rechazamos la acción del motociclista de intentar agredir a un operador”.

 JONATHAN TORO ROMERO 

Redacción Bogotá