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La ciudad está sucia: ¿percepción o realidad?
Los puntos más críticos se ubican en la autopista Norte, la carrera 30 y la avenida Ciudad de Cali.
Puntos críticos de arrojo de basura en Bogotá en 2021. Foto: Diego Lozano. EL TIEMPO
En los últimos meses, las calles de Bogotá se han visto invadidas por basuras y personas que se dedican a la recolección informal de reciclaje. El problema de contaminación del espacio público es latente, pese a los esfuerzos que se realizan desde diferentes sectores del Distrito y de los operadores. Los ciudadanos han sido testigos de cómo varios lugares de la capital se convierten en puntos de acumulación de desechos y residuos que afectan la salud pública, el medioambiente y la seguridad.
Las definiciones para esta situación son diversas, pero algunos, como Lucía Bastidas, concejala de Alianza Verde, lo denomina como la teoría de las ventanas rotas. “Vemos la ciudad llena de escombros, basuras, no hay cultura ciudadana por ningún lado. Pero tampoco estamos castigando a los responsables”, dice Bastidas.
Por otro lado, para Luz Amanda Camacho, directora de la Unidad istrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), entidad encargada del control de los servicios de recolección, esta compleja situación se debe a una mayor proliferación de recicladores en la ciudad a causa de la pandemia. Y asegura, además, que: “No es que la ciudad esté más sucia. Hay sitios donde ha habido mayor concentración de estos recicladores que, en estricto sentido, no son de oficio".
Personas recicladoras debajo del puente de la autopista Norte con calle 127. Foto:Diego Lozano. EL TIEMPO
“No es que la ciudad esté más sucia. Hay sitios donde ha habido mayor concentración de estos recicladores”.
Según la Uaesp, hasta la fecha, en Bogotá se han identificado 743 puntos críticos de contaminación del espacio público. Algunos de estos sitios presentan este problema desde antes de la pandemia. Por esta razón, en la Unidad istrativa han implementado alternativas para dar tratamiento en estas zonas.
Control de basuras
Desde el año pasado, el Distrito ha adelantado estrategias para solucionar el abandono clandestino de basuras. Una de estas fue la creación de un espacio de acopio en uno de los predios de la Uaesp, en el centro de la ciudad. Este fue ajustado para recibir personas dedicadas al reciclaje de manera no oficial.
El proyecto ‘Juntos cuidamos Bogotá’ pretendía ofrecer un lugar para que los residuos llevados pudieran ser separados y clasificados, además de brindarles ayudas a quienes desarrollan esta actividad y poder ser atendidos por las diferentes entidades del Distrito, como la Secretaría de Salud.
Reciclador informal revisa desechos en punto crítico. Foto:Milton Diaz. EL TIEMPO
El proceso contemplaba que los recicladores informales se inscribieran en el sistema de control de basuras y adoptaran las medidas de salubridad para el manejo del material en el contexto de pandemia, y aquellos niños o menores de 28 años tuvieran la posibilidad de unirse a los programas del Idiprón, y en el caso de ser habitante de la calle, la persona pudiera inscribirse en la Secretaría de Integración Social.
Recicladores no oficiales crean cambuches en el espacio público. Foto:Diego Lozano. EL TIEMPO
“Algunas personas nos hicieron saber que lo que ellos pensaban era que lo que queríamos montar allí era un nuevo Bronx. Les explicamos mucho, hablamos mucho con los recicladores, y los carreteros que estaban muy interesados. Pero definitivamente con la comunidad hemos tenido muchos tropiezos”, afirma Camacho, quien, además, dice que este proyecto tuvo que quedar en pausa, pero se decidió avanzar paralelamente en la localidad de Kennedy.
“Algunas personas nos hicieron saber que lo que ellos pensaban era que lo que queríamos montar allí era un nuevo Bronx".
El nuevo espacio de recepción de desechos está en una bodega alquilada cerca de la avenida Ciudad de Cali, en la zona de María Paz, ayudando a una gran cantidad de recicladores que llegan en la madrugada a tomar una bebida caliente, separar los desechos que les sirven y entregar aquellos que no requieren.
En puntos críticos son arrojados muebles y objetos de gran tamaño. Foto:Diego Lozano. EL TIEMPO
Sin embargo, parece que estos espacios de acopio y recolección de residuos no son suficientes para dar respuesta a la demanda de acumulación de basuras en las diferentes localidades, como asegura Lucía Bastidas, quien dice que ha solicitado a la Unidad istrativa dar seguridad y apoyo social a las personas que llegan a esos puntos donde hay cambuches pero no atención.
“Se volvió parte del paisaje que tengamos reciclaje a techo abierto, que es lo que vemos en diferentes puntos de la ciudad, como en la 127 con autopista, en la 122, por el sur, y por el norte, por todas partes. Y la Uaesp no parece que tuviera una estrategia integral”, afirma la concejala.
A diario, los operadores de aseo se encargan de limpiar los puntos críticos de abandono clandestino de residuos, que han sido identificados por las Áreas de Servicio Exclusivo (ASE) hasta agosto de 202, así: Engativá, 156; Kennedy, 77; Bosa, 61; Suba, 62, y Ciudad Bolívar, 42.
La labor de este personal involucra barrer, recoger los desechos y reportar a la central si hay acumulaciones de basuras, escombros u objetos de gran tamaño para que se encarguen de retirarlos, como lo hace Yuly Plaza, operaria de barrido de la Uaesp, en la localidad de Suba desde cerca de un año.
Yuly Plaza es operaria de barrido en la localidad de Suba. Foto:Diego Lozano. EL TIEMPO
Empieza su jornada a las 5 de la mañana y concluye a la 1 de la tarde. Ella asegura que los puntos críticos se asocian con los lugares donde la alcaldía local dispuso contenedores. “Esos son puntos críticos de mucha contaminación porque los s no mantienen el espacio limpio, hay mucho escombro y echan basura los días que no es”, menciona.
El destino final de estos desechos es el relleno sanitario Doña Juana, en el que, según la Unidad istrativa, durante el año pasado, en el periodo de aislamiento por la pandemia de covid-19, las cifras de recepción de residuos bajaron.
“El comercio estaba cerrado, los restaurantes, los centros comerciales, los eventos públicos bajaron. Ahora son alrededor de entre 6.300 y 6.500 toneladas diarias de residuos que llegan”, puntualiza.
Estrategias de solución
Para Emel Rojas, concejal del partido Colombia Justa Libres, el cuidado del espacio público tiene falencias istrativas que deben ser solucionadas en tres frentes: cultura ciudadana, rápida recolección de los desechos y acción de las autoridades. Esta posición es apoyada por su colega Lucía Bastidas, que considera necesario que el Dadep lidere campañas como las que empezó la Alcaldía el sábado pasado, frente a la casa de la alcaldesa en Chapinero.
Para de esta manera recuperar el espacio público y los puntos que han sido víctimas de vandalismo. Además de acabar el reciclaje a cielo abierto con el contrato de bodegas para que las personas recicladoras puedan ejercer su labor.
Finalmente, la directora Camacho enfatiza que esta es una tarea que la Uaesp ha coordinado y liderado para garantizar los servicios de la ciudad en los temas de aseo y aprovechamiento, al brindar alternativas para que no continúe esta problemática.