Como si fuera un déjá vu: más de un año después de que el covid-19 llegara a Bogotá, vuelve a vivirse ese delicado equilibrio entre reactivación económica y salud. Esta vez, la tensión es a causa de la proximidad del 8 de junio, día de la apertura de la ciudad, y de la cada vez más crítica situación de contagios.
El miércoles, por ejemplo, Bogotá registró una cifra récord de 10.524 nuevos casos y ayer sumó otros 10.511. La ciudad, así, superó los 72.500 casos activos, un nivel de contagio nunca antes visto. Eso sin olvidar que la ocupación UCI de covid ya está al 97,8 por ciento.
Estas cifras se materializan en historias de angustia, como la de la familia de Yolima Castañeda, una mujer de 63 años que, hasta ayer, llevaba cuatro días esperando una cama UCI. "Cada día se pone peor. Necesitamos ayuda, ya llamamos a todos", le dijo, entre lágrimas, Érika Fajardo, la hija de Yolima, a Citytv. Érika estaba con un cartel pidiendo ayuda frente al Hospital San Ignacio.
Sin embargo, también hay relatos que dan cuenta de la inclemencia del golpe económico de la pandemia, que profundizó la crisis que ya vivían algunos sectores. En la última semana, este diario ha publicado historias como la de Ana Daza, una trabajadora doméstica y cuidadora de 57 años que se quedó sin trabajo y sobrevive con los 14.000 que hace su hijo cuando puede ir a trabajar a Corabastos y alguna ayuda del Distrito. O la de Sara Bulla, una joven de 23 años que perdió su trabajo como cajera en una discoteca después de que el sector nocturno cerrara, quedándose sin ingresos para sostener a su hija.
Para personas como Ana y Sara está pensado el paquete de reactivación, que incluye el levantamiento del toque de queda y la ley seca, la apertura de gastrobares hasta la 1 a. m. y la operación de sectores con aforo, pero sin límite de horario.
El Distrito ha asegurado que la ciudad está preparada. "Sí. Tuvimos 10.000 pacientes nuevos el miércoles, pero aplicamos 54.000 dosis (...). Abrazamos la reactivación, pero tenemos que hacerlo con cuidado, que nadie piense que volvemos a la Bogotá prepandemia", anotó ayer el secretario de Salud, Alejandro Gómez, durante la presentación conjunta del plan de reactivación con entidades como las secretarías de Desarrollo Económico y de la Mujer.
Ayer, de hecho, se dio a conocer el proyecto de decreto de reactivación, que hace obligatorio el uso de tapabocas, la ventilación, el distanciamiento de mínimo un metro (de acuerdo con las especificaciones de la recién emitida resolución 777 de 2021) y los aforos acordados.
Para expertos en salud pública que les han seguido la pista a la pandemia y a las acciones distritales, como lo es el doctor Luis Jorge Hernández, es conveniente reactivar, pero con condiciones. "El virus no se va a ir, la sociedad debe aprender a convivir con él. Pero para la reactivación debe cumplir con requisitos: que el PRASS funcione en Bogotá y se hagan más pruebas. Pero seguimos bajos en rastreo y aislamiento de casos", indicó Hernández.
Si bien el proyecto de decreto habla de intensificar el PRASS —y la Secretaría de Salud hoy ubica al menos un punto de testeo rotativo por cada localidad y se han procesado más de 20.000 pruebas diarias—, el sistema sigue sin ser del todo perfecto. Periodistas de este diario han comprobado cómo en algunos puntos las muestras no alcanzan para la cantidad de gente que se acerca con interés; y uno de ellos, de hecho, completa seis días sin conocer el resultado de su prueba, tomada por la Secretaría de Salud, a pesar de haber sido notificado como o de un positivo.
Hernández también asegura que en la fórmula es clave que el "Gobierno y organizadores del paro resuelvan los diálogos cuanto antes y eviten marchas y aglomeraciones". Aunque otros expertos consultados por la Unidad de Salud de EL TIEMPO han resaltado que parte de la explicación de la subida de casos está, más que en el paro, en el aumento de interacciones que podrían obedecer a otros factores.
Otra de las esperanzas está puesta en la vacunación. Pero para que realmente funcione, Hernández calcula que se deben aplicar al menos 60.000 dosis por día. En esta cifra, de hecho, coincidió la alcaldesa Claudia López durante un evento de activación ferial. Pero estas buenas cuentas dependen del flujo de vacunas que les destine el Gobierno Nacional, que depende, a su vez, de los envíos internacionales.
En este momento, por ejemplo, Bogotá tiene cerca de 235.000 dosis disponibles (descontando las ya aplicadas y las reservadas para segunda dosis). Si se aplicaran al ritmo de 60.000 por día, se agotarían en menos de 4 días.
Lo que no se podrá hacer
Así Bogotá inicie el camino de la reactivación, hay actividades que, por el momento, seguirán restringidas. Esto dado que la ciudad tiene una ocupación UCI mayor del 85 por ciento y, por disposición del Gobierno Nacional, aún se manejarán algunas medidas.
En ese sentido, Bogotá, por ahora, no podrá tener fútbol, discotecas y conciertos. El artículo 7 del borrador de decreto de reactivación anota, además, que no están permitidos "los eventos de carácter público o privado que impliquen aglomeración de personas".
Sí será posible, sin embargo, que los bares y gastrobares expendan bebidas para consumo en sitio entre 10 a. m. y 1 a. m.
BOGOTÁ
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