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La violencia sigue presente en los colegios públicos y privados de la ciudad
Entre enero y abril del año 2023 se reportaron 6.992 casos de abuso y violencias en los planteles.
Encuentro de Justicia Escolar Restaurativa (JER). Foto: Secretaria de Educación
Muchos colegios y sus alrededores se han convertido en un campo de batalla donde los estudiantes se agreden entre sí, incluso con armas blancas, los alumnos retan a sus profesores y la discriminación reina en todas sus formas. Aunque la Secretaría de Educación (SED) ha potencializado sus canales de denuncia y estrategias de convivencia, la violencia no da tregua
Dalia, una profesora del Colegio Costa Rica de Fontibón, fue víctima de una brutal golpiza el pasado 19 de julio por una de sus estudiantes. Le solicitó que no utilizara el celular en clase. “Se me abalanzó de forma violenta, me arrinconó y me empujó. Incluso comenzó a esculcarme”, relató la maestra.
Dalia dice que intentó que la discusión no llegara a mayores y tomó sus pertenencias para salir del aula. “Les digo: ‘así es Colombia, chicos, tranquilos que yo me voy’. Y cuando me voy a ir, la estudiante me agarra la puerta, no me deja salir y en ese momento me agrede con un puño muy fuerte con anillos en la cara”. Según la SED, docente y estudiante resultaron heridas.
El fenómeno del hostigamiento escolar en las instituciones públicas y privadas ha mostrado este año uno de sus peores escenarios. De acuerdo con las cifras del Sistema de Alertas de la SED, entre los años 2014 y 2022 se realizaron un total de 75.777 reportes de abuso y violencias.
Pero cuando se habla de discriminación y hostigamiento escolar, esta da cuenta de las prácticas de agresión física, psicológica o virtual. Cuando los colegios detectan casos de violencia repetitivos entre una misma persona agresora y víctima, estos son reportados en el Sistema de Alertas. Para el periodo 2014-2022, a nivel distrital se presentaron 6.286 reportes, lo que significa que del total de casos de abuso y violencias registrados en esos nueve años, 8 de cada 100 casos de violencias y abuso fueron considerados hostigamiento escolar.
Lo grave es que hubo un incremento de 158 % en el número de reportes de hostigamiento escolar en el 2022 respecto al 2019, antes del inicio de la pandemia, y se han convertido en una práctica recurrente en los entornos educativos.
Para la SED, este fenómeno puede estar influenciado por las afectaciones en la capacidad para gestionar las emociones, reconocer la diferencia y afrontar los conflictos dialógicamente. Y lo peor, ni siquiera los padres contribuyen a la causa.
La Secretaría de Educación promueve estrategias de diálogo en los colegios. Foto:Secretaria de Educación
Esta semana sorprendió una riña grabada por un testigo entre dos menores de edad en un colegio de Bosa. Lo que generó la indignación de los bogotanos es que en las imágenes se observa la presencia de una mujer que sería la madre de una de las implicadas, que lejos de intentar terminar el conflicto, alentaba a continuar con la gresca. Además de los menores de edad, en el lugar permanecieron varios adultos presenciando la pelea.
Aunque estos casos parecen ser más visibles en colegios públicos, el hostigamiento escolar también ocurre, y mucho, en los privados. El 30 de mayo de 2023, una fiesta privada en la localidad de Chapinero terminó en una violenta gresca entre estudiantes de prestigiosos colegios de Bogotá. Participaron más de 10 adolescentes del Colegio Italiano y el Liceo Francés.
“Veían a mi hijo golpeado en el piso y seguían pegándole, yo no entiendo este nivel de violencia, porque además son niños que no han tenido privaciones, lo han tenido todo en la vida y golpean a los demás por diversión, sin medir las consecuencias, casi me lo matan”, aseguró la mamá de la víctima.
La indolencia de los agresores quedó registrada en otro video en el que celebran uno a uno los golpes propinados al estudiante del Colegio San Carlos. “Corra que lo vamos a matar”. La denuncia ya está en la Fiscalía y la familia de la víctima espera sanciones o medidas disciplinarias.
Según la SED, las localidades con mayores tasas de reportes de hostigamiento escolar por cada mil estudiantes para el 2022 fueron: Kennedy (3,83), Suba (3,69), Engativá (3,64), Ciudad Bolívar (3,39) y Bosa (3,01). Otra vez, las mujeres fueron las principales víctimas, reportando el 56 % (3.523) de los casos registrados en el periodo de referencia.
Según la SED, entre 2014 y 2022, los tipos de violencias mediante las cuales se presentaron mayores situaciones de hostigamiento fueron la violencia psicológica y la violencia física, con 2.612 (41,5 %) y 2.048 (32,5 %) casos, respectivamente. El principal tipo de agresor fue el escolar, con 3.514 (55,9 %) casos del total de situaciones reportadas. Los lugares de ocurrencia fueron: colegio, calle y redes sociales.
Hasta la Corte Constitucional se pronunció esta semana sobre el tema. Hizo un llamado tras revisar el caso de un niño al que se le diagnosticaron ansiedad y depresión luego de que sus compañeros lo acosaran escolarmente. “Uno de los problemas que ha crecido debido a las nuevas tecnologías es el acoso escolar. Toda persona, en especial los menores de edad, tiene derecho a que se le proteja del llamado acoso escolar o matoneo (bullying), por ser formas expandidas de atentar contra su honra y su dignidad. Las tecnologías han conllevado un impacto negativo por la facilidad para que crezcan este tipo de conductas, en intensidad y nocividad”, dijo el alto tribunal.
¿Qué explica esto?
Según la SED, son varios los factores que propician este fenómeno. Uno de estos es el inmenso flujo de información al que están expuestos los niños y jóvenes. “Esta condición favorece que se presenten situaciones como el ciberacoso, definido como el acto de infligir un daño intencionado y repetido con amenazas, insultos, coacciones, chantajes, vejaciones o calumnias, a través del teléfono celular, el computador, o la tableta; por medio de aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp, SMS, e-mail, chats en línea, redes sociales”. Allí, la víctima inicia un sufrimiento y deterioro de su autoestima y dignidad personal, provocándole victimización psicológica, estrés emocional y rechazo social.
La ciberviolencia se incrementó debido al confinamiento por la pandemia del covid-19 . Se ha visto que estudiantes de básica secundaria y media, quienes se encuentran en la etapa de la adolescencia, pueden haber perdido ciertas habilidades para relacionarse personalmente.
Aunque no siempre la experiencia del hostigamiento escolar está acompañada de golpes, el Sistema de Alertas indaga por las variables relacionadas con presencia de signos físicos como hematomas (12,2 %), desórdenes alimenticios (5,9 %) y dolores corporales (5,8 %), que son algunas de las principales consecuencias físicas reportadas. Por su parte, se presentan de manera regular signos emocionales en respuesta al hostigamiento escolar. Entre ellos se encuentra la depresión (20,9 %), el llanto (19,2 %) y la tristeza (13,9 %). Muchos casos de hostigamiento son por discriminación, orientaciones sexuales, expresiones e identidades de género diversa o con eventos de étnico-racial.
2023, un año crítico
De acuerdo con cifras del Sistema de Alertas, entre enero y abril de 2023 se reportaron 6.992 casos de abuso y violencias en los colegios oficiales y privados de Bogotá. El 41,4 % del total de estos ocurrieron en marzo. Para el periodo de enero-abril de 2023, a nivel distrital se presentaron 835 reportes de hostigamiento escolar. Las localidades con mayores tasas de casos de hostigamiento escolar por cada mil estudiantes, con corte al 31 de marzo de 2023, son: La Candelaria (2,78) y Teusaquillo (1,44), en el caso de los colegios oficiales. Rafael Uribe Uribe (0,11) y Chapinero (0,11), en el caso de colegios privados. Los tipos de violencias fueron la psicológica y la física, con 426 (51 %) y 262 (31,3 %) casos, respectivamente. Por su parte, el principal tipo de agresor fue el escolar, con 574 (68,7 %) casos del total de situaciones reportadas.
Según Lina Saldarriaga, Ph. D. en Psicología y directora de Operaciones Aulas en Paz de la Universidad de los Andes, entre acoso, matoneo y bullying no hay mucha diferencia, son tres términos para referirse a la intimidación escolar, que es la acción en la que uno o varios niños que ejercen un poder sobre otro por físico, edad, grupo, entre otros, lo agreden de manera sistemática con una intención clara de hacer daño.
Agregó que uno de los aspectos contemplados en la Ley 1620 fue la ruta de atención integral, que les ayuda a los colegios a distinguir si las instituciones donde ocurre esto pueden ser situaciones tipo 1, de agresiones y conflictos; tipo 2, que es cuando hay bullying, o tipo 3, cuando hay violencia sexual. “Lo que hay que hacer es seguir la ruta. Los colegios siguen luchando y aprendiendo. No hay claridad en cómo aterrizar esto. Hay protocolos de convivencia muy buenos, como los de la SED de Bogotá o del ministerio. Son modelos paso a paso que hay que hacer”.
No obstante, Saldarriaga dice que esas guías, a veces, no aplican a las estructuras de los colegios o les falta información. “Estos deben crear sus protocolos siguiendo las líneas de los de la SED y el ministerio”. En relación con los casos que muestran más niveles de violencia, dijo que es un fenómeno que se debe analizar con pinzas, aunque sí ha habido un aumento en su frecuencia.
“No es que los niños se hayan vuelto más agresivos o maquiavélicos, sino que el contexto escolar sufrió los estragos de la pandemia, los niños se alejaron de las prácticas para resolver este tipo de situaciones. Hay que reaprender estrategias de resolución de conflictos. La ansiedad y la depresión aumentaron”.
Eso sí, explicó que en la ruta de atención integral se deja claro cuándo ya hay un delito. “Aquí entran vulneración de derechos, lesiones personales, violencia sexual, extorsiones, entre otros. Toca revisar todas las características para saber si el hecho se puede configurar como un delito”.
Encuentro de Justicia Escolar Restaurativa (JER)
Una de las recientes estrategias de la SED, de la mano de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para mitigar el acoso escolar, fue la inauguración del primer Encuentro Internacional en Justicia Escolar Restaurativa, con la participación de Claudia López, alcaldesa de Bogotá; Edna Bonilla, secretaria de Educación del Distrito; Néstor Osuna, ministro de Justicia, y Roberto Vidal, presidente de la JEP. "Esta sociedad debe resolver sus conflictos a través del diálogo. Tan solo en 2023 hemos atendido 12.473 casos alrededor de abusos y violencia de diversa índole", dijo Bonilla al reconocer la problemática. A su vez, Vidal añadió: "Todos tenemos conflictos, pero podemos lidiar con ellos sin el uso de la violencia".
Fueron más de 1.900 personas, entre estudiantes y docentes, los que participaron. Una de las estrategias es 'La sala del perdón y la reconciliación', un espacio físico dentro del colegio donde estudiantes, docentes, líderes, madres y padres de familia pueden hablar sobre la justicia restaurativa: perdón, reconciliación y restauración. Así buscan que los jóvenes comiencen a arreglar sus conflictos, hablando.