En la actualidad es probable encontrar en una casa
la presencia de alguna mascota que conviva día a día con sus dueños y sea presa de cariños y cuidados de los mismos. En las últimas décadas, la sociedad ha alcanzado un pico de relacionamiento con los
perros,
gatos y hasta pájaros de una forma mucho más fraterna y amorosa.
Tan solo en Occidente, el 90 % de las personas tienden a considerar a los animales que cuidan y con los que comparten un hogar, como importantes de sus familias, según un estudio de sobre el genograma familiar de la Universidad de Flores, Argentina.
Los cambios socioculturales han posibilitado la formación de modelos familiares diversos donde se incorporan integrantes que no sean humanos y donde se crean vínculos de acompañamiento y afecto entre las partes.
De hecho, un estudio reciente de 2022, reveló que en Estados Unidos hay más perros y gatos que niños en los hogares, y en Colombia alrededor del 40 % de los hogares reportan tener al menos un animal en su casa, de acuerdo con Myriam Acero Aguilar, autora del libro 'La familia multiespecie, perros y gatos compañeros'.
Formación de familias interespecie
Aguilar, que también es docente de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), afirma que la conformación entre un humano y un animal con lazos de convivencia se organizan como en una parentela interespecie.
“El concepto tradicional de la familia humana ha cambiado: ahora, además de las familias conyugales, hay muchas otras formas de unión que también son categorizadas como familia. Teniendo en cuenta que también se establecen vínculos afectivos con otras especies, se viene reconociendo a los animales de compañía como parte de la denominada familia multiespecie”, señala Acero para el medio universitario.
No es un secreto que estas relaciones que se crean entre las dos especies, también tienen efectos en la salud psicológica de los humanos. De hecho, el estudio citado inicialmente, propone que la incorporación de estas a un árbol genealógico tiene fines terapéuticos.
"Destacar estas interacciones en las evaluaciones clínicas, nos permite recuperar una información valiosa sobre el mundo relacional y afectivo del paciente, y su sistema familiar".
Y agregan: "Destacamos, así, no solo la importancia de incluir mascotas en la confección del genograma, sino, además, considerarlas en la indagación en las entrevistas psicoterapéuticas, laborales y vocacionales", argumenta la Investigación de Universidad de Flores.
Cabe resaltar que, agregar a los animales de compañía dentro del grupo familiar, no significa humanizarlos, puesto que deben hacer parte del clan, si se desea, pero desde su propia característica de especie, ya que esto también puede ser una forma de maltrato.
NATHALIA GÓMEZ PARRA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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