El 6 de marzo de 2020 era un viernes cualquiera. La redacción de EL TIEMPO tenía el bullicio habitual de los cierres de semana: el repiqueteo de los teclados, los teléfonos sonando sin descanso, los editores discutiendo titulares de última hora. Afuera, Bogotá seguía su rutina indiferente, con el tráfico atorado y el cielo gris de siempre, sin sospechar que ese día marcaría el principio de un país distinto.
Desde hacía semanas, el virus del covid-19 avanzaba en el mundo como una marea que nadie podía contener. China en crisis, Italia desbordada, España cerrando fronteras. Tres días antes había aterrizado en América Latina por Argentina y Brasil, y la pregunta flotaba en el aire como una amenaza silenciosa: ¿cuándo llegaría a Colombia?
A las 2:53 de la tarde hice una llamada de rutina, una de tantas que llenan la jornada de un periodista. Al otro lado de la línea, mi fuente titubeó. Hubo un silencio, un cambio en el tono de voz. Y luego, la frase que encendió todas las alarmas:
—Tengo que colgar, después hablamos.
Lo intuí en ese instante. No hizo falta más. El virus ya estaba aquí.
Me levanté de golpe, busqué a mi compañero. Nos bastó una mirada para entenderlo. Subimos a toda prisa a buscar al equipo directivo para contarle y que autorizara la publicación y en cuestión de minutos la noticia estaba en la calle.
Primer caso de coronavirus en Colombia
Primer día de cuarentena obligatoria en Colombia Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
Y entonces ocurrió algo que nadie en la redacción de EL TIEMPO había visto antes.
Los periodistas se agruparon alrededor de las pantallas, con el cuello estirado, los ojos fijos en los contadores digitales. Los números subían como una explosión. Decenas de de lectores entrando por minuto. Era un torrente imparable. Parecía el tacómetro de un carro sin frenos, acelerando sin control.
La noticia corrió más rápido que el propio virus. El Gobierno adelantó la rueda de prensa prevista para la tarde. Pero no fue el presidente Iván Duque quien habló. El encargo recayó en Fernando Ruiz, recién posesionado ministro de Salud.
Con voz pausada, confirmó lo inevitable: una joven de 19 años, llegada de Milán (Italia) con escala en París (Francia), había dado positivo en Bogotá. Sin síntomas, en aislamiento. Pero con ella, la pandemia ya era una realidad en Colombia.
Publicación de EL TIEMPO sobre el primer caso de covid-19 en Colombia. Marzo 6 de 2020 Foto:EL TIEMPO
El país cambió en un instante. El miedo, hasta entonces difuso, se volvió tangible. Las medidas se endurecieron. Las calles empezaron a vaciarse y la gente a distanciarse.
El viernes 20 de marzo, Bogotá vivía su primer simulacro de confinamiento decretado por la alcaldesa Claudia López, pero esa noche en la Casa de Nariño algo más se movía; supimos de lejos sobre gente citada, expertos conocidos convocados en sigilo y otra vez, lo sentimos antes de que ocurriera. El Gobierno estaba a punto de decretar la cuarentena nacional.
No teníamos confirmación, pero con la sospecha más en el pecho que en el cerebro, nos enfrentamos al dilema de siempre: ¿esperar el anuncio o adelantarnos?
Nos jugamos el todo por el todo. Decidimos publicarlo: "Colombia entrará en cuarentena nacional".
Primera zona de aislamiento para colombianos repatriados de Wuhan. 2020. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
Las pantallas volvieron a enloquecer. El contador de lectores corría como un cronómetro desbocado.
Minutos después, el expresidente Duque apareció en televisión, serio, flanqueado por su equipo.
—“Desde el martes 24 de marzo a las 23:59 horas, Colombia entra en aislamiento preventivo obligatorio por 19 días", dijo.
El país entero entró en pausa. Las tiendas cerraron. Los colegios enviaron a los niños a casa. Los aeropuertos silenciaron su tráfico y los abrazos se aplazaron.
Y al día siguiente, ocurrió la noticia que nadie quería leer.
Sábado 21 de marzo. Primera muerte por covid-19 en Colombia: un taxista de 58 años en Cartagena.
El virus ya no era un dato en un informe. Era un rostro, una historia, una ausencia.
Desde entonces, los días se hicieron interminables, las semanas se volvieron meses, los meses años. Colombia vivió 847 días de pandemia.
Y así como un virus invisible se convirtió en el protagonista de la historia, el equipo de EL TIEMPO tuvo que estar ahí, contándola —día a día— con rigor, con responsabilidad, con compromiso, incluso proyectado números al tenor de la evidencia que la realidad terminó por confirmar.
Hoy, cinco años después, esto no es solo un recuerdo. Es un homenaje a las 142.727 vidas que, hasta hoy, se ha llevado un virus que llegó para quedarse.
Lo que pasó en aquellos días sigue siendo difícil de dimensionar. Pero una cosa es cierta: EL TIEMPO lo contó primero.
Y lo hizo con la certeza de que hay historias que deben ser contadas mientras se escriben.
Así descubrió Colombia una variante del covid-19
Así descubrió Colombia una variante del covid-19 Foto:
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