Dicen algunas personas que todas las leyendas vienen de una realidad. En el caso de los vampiros, por ejemplo, sus historias se remontan a finales del siglo XIX, cuando se creía que algunas personas muertas se ‘consumían’ la energía, la sangre y la salud de quienes quedaban vivos.
De hecho, las historias llegaron a ser tan poderosas que las personas pensaban más en los vampiros que en las enfermedades y, aunque actualmente ya se tiene una imagen en la cabeza cuando se mencionan a estos seres, en ese momento la incertidumbre sobre quién podía estar ‘consumiendo’ la energía llevó a varios pueblos a cometer locuras.
El pánico vampírico de Nueva Inglaterra
A finales del siglo XIX en Rhode Island, Connecticut y Vermont, Estados Unidos, varias personas comenzaron a enfermar y, rápidamente, familias enteras fallecieron.
Delgadez extrema, palidez, tos fuerte, incluso con sangre, eran algunos de los síntomas que atormentaban las casas de la región. Uno a uno, los familiares se iban enfermando y, debido a que los médicos en el momento no sabían cómo tratarlo, fallecían con la misma rapidez.
Como tampoco había un nombre para la enfermedad, aunque ya se tenía claro que se trataba de un mismo cuadro de síntomas, las personas empezaron a llamarlo ‘consumo’, debido al nivel de fragilidad en la que los pacientes pasaban sus últimos días.
Después, se comenzó a esparcir la leyenda de que eran los parientes que morían quienes después ‘consumían’ a quienes quedaban vivos, lo cual desenfrenó lo que llegaría a conocerse como el pánico vampírico de Nueva Inglaterra.
Debido al temor de ser ‘consumidos’, las personas comenzaron a exhumar los cuerpos de sus parientes para buscar indicaciones de cuál sería el vampiro que estaba acabando con su energía y su salud.
Este pánico generó que cientos de tumbas fueran profanadas en la época.
Las personas exhumaban las tumbas de sus parientes para identificar al supuesto vampiro. Foto:iStock
Mercy Brown, la vampira de su familia
Uno de los casos más reconocidos de la época fue el de la familia Brown, de Rhode Island, durante 1892.
La mayoría de los de esta familia enfermaron gravemente y uno por uno, primero la madre, Mary; después la hija mayor, Mary Olive, y finalmente Mercy, fallecieron, dejando como únicos vivos de la familia a Edwin, el menor de los hijos, y a su padre George.
Por esto, las personas cercanas a la familia creyeron que alguno de los ya muertos tenía que ser un vampiro, aunque aún no se usaba esa palabra. Mientras tanto, la enfermedad estaba empezando a consumir la vida de Edwin, quien ya comenzaba a mostrar síntomas.
Así las cosas, le pidieron a George que les diera el permiso para exhumar los cuerpos de sus familiares más cercanos, para así poder evitar que consumiera por completo a su único hijo con vida o incluso a él mismo.
Las personas del pueblo revisaron primero las ataúdes de Mary y Mary Olive, cuyos cuerpos mostraban altos niveles de descomposición. Sin embargo, Mercy parecía estar intacta.
Incluso, según cuentan los historiadores que descubrieron el caso, se dice que las personas encontraron lo que parecía ser rastros de sangre en las esquinas de su boca y una piel mucho más clara a como la habían enterrado. El pueblo había encontrado a su vampira.
Para evitar que Mercy “continuara consumiendo la energía de sus parientes vivos”, los rituales de la época indicaban que se debía quemar su corazón y su hígado, además de mezclar sus cenizas con agua para dárselas de beber al enfermo.
A pesar de los esfuerzos, Edwin murió dos meses después con los mismos síntomas que su mamá y hermanas.
Con la información que se tiene actualmente se puede establecer que la enfermedad que estaba acabando con las familias de Nueva Inglaterra a tal velocidad y que las personas entendían como ‘consumo’, realmente se trataba de lo que ahora se conoce como tuberculosis.
Esta enfermedad, según la Clínica Mayo, es “infecciosa y potencialmente seria que afecta principalmente los pulmones. La bacteria que la causa se contagia de persona a persona a través de pequeñas gotas diseminadas en el aire al toser o estornudar”, lo cual explicaría la facilidad con la que se esparcía entre los familiares que estaban en una misma casa.
Además, también se descubrió una explicación para el ‘aspecto de vampiro’ que tenían los cadáveres que, supuestamente, consumían la salud de sus familiares.
En el caso de Mercy, por ejemplo, su tumba había sido sellada de tal manera que asemejaba las condiciones de un congelador, por lo que, probablemente, eso explica la razón de su deterioro no fue igual al de su mamá y su hermana.
Además, las supuestas manchas de sangre alrededor de su boca se tratarían, realmente, de un líquido producido por la descomposición de algunos órganos que puede salir por la nariz y la boca y, debido a su color oscuro, puede verse similar a la sangre.
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