El nutricionista Rob Hobson decidió, hace un año, reducir drásticamente el consumo de alimentos ultraprocesados (UPF, por sus siglas en inglés) y compartió su experiencia con Business Insider, donde reveló los efectos que esta decisión tuvo en su salud.
A medida que los estudios continúan vinculando el consumo excesivo de UPF con enfermedades como diabetes tipo 2, cáncer, depresión y enfermedades cardiovasculares, él logró ajustar su dieta para encontrar un equilibrio entre alimentos frescos y opciones ultra procesadas “más saludables”, con el propósito de mejorar su bienestar sin dejar de lado la practicidad.
El impacto de los alimentos ultraprocesados en la salud
Los alimentos ultraprocesados fueron objeto de atención debido a sus posibles riesgos para la salud. Estos productos, que incluyen refrescos, galletas, comida rápida y alimentos de fácil preparación, son altamente sabrosos y diseñados para ser consumidos en exceso, lo que lleva a la ingestión de calorías vacías y un mayor riesgo de padecer varias enfermedades.
El hombre decidió incorporar estos alimentos, pero en su versión saludable Foto:iStock
La ciencia demostró que una dieta rica en UPF se asocia con un mayor riesgo de desarrollar afecciones graves. Hobson señala que, a pesar de estos riesgos, los UPF son convenientes y están al alcance de todos, lo que los convierte en una opción tentadora, especialmente en un mundo tan acelerado.
Al principio de su desafío, adoptó una postura estricta contra los alimentos ultraprocesados, llegando al extremo de preparar cada comida desde cero. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que este enfoque era poco sostenible. "Era como un justiciero", dijo.
Tras un año de pruebas, descubrió que la clave está en encontrar un equilibrio. Si bien Hobson continúa limitando el consumo de UPF, comenzó a incorporar aquellos más saludables en su dieta diaria para facilitar la preparación de las comidas.
En lugar de eliminar por completo los alimentos procesados, ahora opta por aquellos que contienen menos aditivos. Por ejemplo, productos como el pan integral envasado o las legumbres horneadas, que aunque ultraprocesados, ofrecen valor nutricional gracias a su contenido de fibra y proteínas.
"Aunque estos alimentos contienen aditivos, son una mejor opción que los refrescos y las galletas, que ofrecen poco valor nutritivo", comentó. La clave está en leer las etiquetas y optar por aquellos productos con menos ingredientes artificiales, lo que hace más fácil la incorporación de UPF sin sacrificar la salud.
También aprendió a simplificar su alimentación. En lugar de buscar recetas complicadas, opta por platos sencillos, como un trozo de pescado o pollo acompañado de verduras o papas.
De esta manera, logra reducir la cantidad de alimentos procesados mientras mantiene la nutrición de sus comidas. Además, suele utilizar cereales precocidos, por lo que ahorra tiempo sin comprometer su salud.
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