James Rodríguez fue la gran figura del triunfo 5-0 de Olympiacos contra Asteras al anotar un golazo y además dar una asistencia, en un triunfo redondo, este miércoles.
El zurdo estuvo participativo y resolvió cuando el partido parecía empantanarse, justamente la razón por la cual lo fichó el club que ahora, gracias a la victoria, es tercero de la Superliga de Grecia. Sin embargo, un par de detalles llamaron la atención pues evidenciaron una molestia del 10 que resultó inesperada.
La primera reacción llamativa fue en el minuto 71, cuando apareció su número en la paleta de cambios. Su reacción fue de un rechazo evidente y de hecho cuando llegó al banquillo, pareció darle la mano de mala gana al técnico Míchel, instante que no pasó desapercibido para la prensa griega.
La situación recuerda los momentos críticos que vivió en Real Madrid con Zinedine Zidane e inclusive con Niko Kovac en Bayern Múnich, cuando era un cambio habitual.
Y aquella no fue la única molestia. Cuando el creativo marcó el golazo del 2-0 parcial, corrió a la tribuna y pareció escuchar algún grito que quizás lo incomodó pues levantó el brazo en señal de desaprobación.
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