Este próximo 18 de febrero inicia una de las celebraciones más importantes en Colombia y es el Carnaval de Barranquilla. Este gran evento ha sido considerado por el Congreso de la República de Colombia y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como patrimonio Cultural de la Nación y Obra Maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad.
En esta celebración las personas suelen usar diferentes disfraces tradicionales, los cuales narran la historia y las tradiciones de Barranquilla. En ese sentido, el Carnaval es una puesta en escena recreada por niños y adultos.
Acá le mostraremos los disfraces más representativos de esta celebración para que pueda identificarlos y saber un poco de su historia y significado.
El origen de este disfraz se remonta a 1800 y es una mezcla de un primate con un elefante. Este nace porque los esclavos de la zona querían burlarse de la alta sociedad y mostrar que a pesar de todo ellos podían disfrutar de la vida.
En un inicio este disfraz era recreado con los pantalones al revés, un chaleco viejo y una corbata para mostrar el rechazo que sentían por los funcionarios que solo cobraban su sueldo sin trabajar.
Con el tiempo este disfraz ha sido acogido por todos los estratos sociales y representa la esencia del barranquillero, el cual es alegre, "mamador de gallo" y sonriente.
Es uno de los disfraces más simples en términos de materiales, pero no por eso menos divertido. La Marimonda encarna la actitud del costeño por excelencia: burlón y ’mamador de gallo‘. En su cara tiene los rasgos más llamativos del disfraz: una enorme nariz y agujeros profundos en ojos y boca que aluden claramente a lo erótico. Foto:Carlos Capella / EL TIEMPO
María Moñitos
El señor Emil Castellanos fue el creador del disfraz de María Moñitos y por más de 25 años lo utilizó en el carnaval. Cuando el hombre salía a la calle era muy fácil de reconocerlo porque usaba un vestido de mujer, se pintaba los labios y su cabeza estaba cubierta de moños. Además, bailaba y repartía besos a las personas que encontraba en la calle.
Aunque, el señor Castellanos murió hace más de 30 años, es uno de los personajes más queridos por los barranquilleros, quienes hoy en día se disfrazan de María Moñitos para rendirle homenaje.
Este disfraz viene de una de las danzas más antiguas del Carnaval, el Congo. Este baile recoge varios elementos de una de las danzas guerreras del Congo, en África.
Los hombres suelen usar pantalones y camisas largas de colores verde, amarillo y rojo, los cuales representan la bandera de Barranquilla. Además, llevan gafas oscuras y altos sombreros decorados con flores o muñecos. En cambio, las mujeres llevan largas faldas de colores y sus cabezas las adornan con flores.
La Danza del Congo es una de las más tradicionales del Carnaval. Su origen se remonta a la época de la colonia con la llegada de los primeros negros africanos al Caribe colombiano. Foto:Carlos Capella / EL TIEMPO
Garabatos
La danza del Garabato se remonta a la conquista y buscaba burlarse un poco de la vida y del constante enfrentamiento que tiene con la muerte. Este baile se originó en Ciénaga y fue trasladado a Barranquilla a mediados del siglo XIX.
Este representa la alegría sobre la tristeza y la vida sobre la muerte. Los bailarines suelen bailar al ritmo del 'Chandé' y tanto hombre como mujeres suelen alinearse en filas, según su sexo, y la muerte los ronda por los lados.
Del garabato se sabe que se trata de una expresión folclórica negra trasladada desde Ciénaga (Magdalena) durante la segunda mitad del siglo pasado. La danza es de la misma familia del Torito y del Congo, y en ella se escenifica, con ironía y sarcasmo, la lucha entre la vida y la muerte. Foto:Carlos Capella / EL TIEMPO
Negrita Puloy
Este personaje fue inspirado en la imagen de una marca de detergente de Venezuela llamado Puloil (del inglés pull oil, que significa arranca grasa). Fue en el año 1983 cuando la señora Natividad López de Altamar junto a su nuera, Isabel Muñoz Vásquez, rescataron este disfraz en una comparsa. A este traje lo bautizaron “Las Negritas Puloy del barrio Montecristo”.
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