Ante el aumento en el número de migrantes que están cruzando por la espesa selva del Tapón del Darién —según autoridades panameñas este año van 60.000 personas más que en todo el 2022—, el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, hizo un nuevo llamado al Gobierno Nacional para atender la problemática.
Hay que señalar que Medellín y el Urabá antioqueño son sitios de tránsito para quienes buscan llegar al vecino país por el peligroso paso que inicia su recorrido en el municipio chocoano de Acandí y en los corregimientos de Capurganá y Sapzurro.
"Se ha incrementado en una forma increíble el número de migrantes. Ya van más de 310.000, siendo récord comparativamente con cualquier año, pero adicionalmente ha aumentado en julio y agosto", dijo el mandatario.
Según la información de las autoridades, los migrantes —en su mayoría venezolanos, haitianos y ecuatorianos— se están quedando varados en el camino, sin recursos para continuar, en municipios como Mutatá, Chigorodó, Turbo y Necoclí.
El Darién es uno de los pasos de los migrantes que se dirigen a EE. UU. Foto:Mauricio Dueñas Castañeda / EFE
"Este es un tema que desborda las capacidad de Turbo y Necoclí, desborda las capacidades de la propia Gobernación. Requiere una atención muy priorizada del Gobierno Nacional y, de alguna forma, de la propia embajada y el gobierno de los Estados Unidos", agregó el gobernador Gaviria.
Desde hace un año —cuando se registró un represamiento de migrantes de los puertos antioqueños— se han realizado nueve reuniones del Puesto de Mando Unificado para evaluar la compleja situación, con la presencia de instituciones como Migración Colombia y el Instituto Colombiano del Bienestar Familiar.
Sin embargo, las autoridades regionales esperan una mayor presencia del Gobierno Nacional para atender la situación. Gaviria anunció que, por el momento, continuarán el trabajo interinstitucional para dar una respuesta en la zona.
Tan solo la semana pasada hubo una alerta en Turbo y Necoclí por el represamiento de migrantes en los puertos locales, debido al mal clima. Decenas de personas tuvieron que esperar por tres días para cruzar el golfo de Urabá y llegar a las poblaciones del Chocó.
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