Através de un análisis con 150 niños entre los 6 meses y 4 años, expertos de la Universidad Nacional revelaron que cerca del 80 por ciento de ellos presenta disfunción del oído medio debido a episodios gripales mal cuidados u oídos con alto contenido de cerumen.
Lo primero que deben saber los padres es que la difunción del oído medio es la causa más frecuente de pérdida de audición en la infancia, y puede afectar negativamente el desarrollo del lenguaje.
Muchos padres no saben cómo ni cuándo se puede desarrollar la disfunción del oído medio. Sin embargo, según datos de los análisis, se produce, por ejemplo, cuando un pequeño tiene gripe, las paredes de la trompa de Eustaquio (estructura anatómica en forma de tubo, que se extiende desde la caja del tímpano hasta la región rinofaringe) se inflama y la presión intratimpánica no drena, lo cual genera humedades permanentes que se pueden convertir en otitis, causante de la disfunción del oído medio.
Es importante aclarar que cuando la presión no es la adecuada, puede ser causada por presencia de líquido o inflamación de la trompa de Eustaquio, parte del cuerpo que se conecta con el cerebro y no permite el cambio de presión adecuado.
Según datos de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., “la otitis puede afectar las partes internas o externas del oído. La afección se clasifica de acuerdo con si se presenta súbitamente o durante un período corto (aguda) o en forma repetitiva durante un período de tiempo largo (crónica).
Liliana Akli Serpa, profesora del Departamento de Comunicación Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional y directora del proyecto, afirma que hasta los 8 años los niños captan grandes cantidades de información de su entorno, incluido el medio sonoro; al dejar de escuchar cierta información, esta se considerará perdida, “lo que más adelante se reflejará en dificultades de aprendizaje de la lectura y escritura, incluso en problemas para centrar la atención en el aula de clase y para adentrarse en un segundo idioma”.
La disfunción del oído medio, según la doctora Akli, se puede prevenir al evitar en los niños cambios bruscos de temperatura y tener un adecuado control de los estados gripales y de otras enfermedades respiratorias. Al no detectarse a tiempo, se genera una privación auditiva (deshabituación auditiva por falta de estímulos en el cerebro), en el que las memorias cerebrales auditivas no se desarrollan de manera correcta, que al no tratarse a tiempo le impedirá al niño hacer relaciones entre lo que escucha y lo que ve.
¿Cómo se debe cuidar una gripe en los niños?
Para Ángela Viviana Pérez, subdirectora de Guías de Práctica Clínica del Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud (IETS), “los episodios de gripe (rinofaringitis viral) se deben cuidar con abundante consumo de líquidos y medicamentos con previa prescripción médica, en niños mayores de 5 años”.
En la actualidad no existe un medicamento que pueda curar la gripe en la población infantil, pero existen varias opciones para controlar los síntomas y su severidad, tanto en los niños pequeños como en los más grandes.
- En bebés dar leche materna, en busca de mantener un estado adecuado de hidratación.
- istrar medicación para controlar la fiebre que pueda presentarse en el trascurso de la enfermedad, para permitir el descanso adecuado del niño.
- Realizar aseo nasal, utilizando solución salina en gotero o aerosol, según necesidad, en busca de tener las fosas nasales permeables para favorecer la adecuada respiración.
- Insistir al niño con la alimentación habitual, ofrecerle porciones pequeñas y frecuentes, para evitar la pérdida de peso y la desnutrición.
- Evitar la istración de medicamentos sin la recomendación de un pediatra, especialmente si corresponden a antitusivos, broncodilatadores y antibióticos, teniendo en cuenta que dichos fármacos tienen indicaciones específicas y no deben ser automedicados.
Recomendaciones para evitar resfriados:
- Tener al día el esquema de vacunación del niño.
- Practicar la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, y como parte fundamental de la alimentación hasta los 2 años de vida.
- Incluir en la alimentación diaria, el consumo adecuado de frutas y verduras, dependiendo de la edad del niño.
- Realizar el lavado permanente de las manos con agua y jabón, especialmente luego de utilizar el baño, regresar a casa después de visitar espacios públicos y antes de comer.
- Evitar cambios bruscos de temperatura, ya sea de calor a frío o de frío a calor, teniendo precaución de evitar las corrientes fuertes de aire.
- Lavar con frecuencia los juguetes del niño, especialmente aquellos que son de peluche.
- Evitar el o del niño con personas con síndrome gripal activo o estar en espacios húmedos.
- No compartir alimentos, bebidas o elementos de uso personal entre los niños.
- Evitar la exposición del niño al polvo, al humo de cigarrillo, de vehículos o de fábricas, etc.
Consecuencias
José Miguel Suescún, pediatra del Instituto de Ortopedia Infantil Roosevelt, afirma que el síndrome gripal, o resfriado común, corresponde a una enfermedad causada por más de 200 tipos de virus, perteneciendo al grupo de las Enfermedades Respiratorias Agudas, las cuales en conjunto son las infecciones más comunes en los niños.
Las complicaciones de una gripe pueden ser variadas, desde una infección en los oídos, pudiendo llegar hasta una infección en los pulmones, o neumonía, la cual puede poner en peligro la vida.
La forma como se produce la infección a nivel de los oídos consiste en la obstrucción e inflamación del tubo que comunica el oído medio con la parte posterior de la garganta, conocido como trompa de Eustaquio; ya que su alteración favorece el crecimiento de virus o bacterias que desencadenan posteriormente una otitis.
La dificultad para escuchar, concentrarse y los problemas de memoria no son directa consecuencia de una gripe, ya que se pueden asociar a diversas causas, como la otitis crónica por alteración en el sentido de la audición.