El periodo de vacaciones es, para muchas familias, un momento complicado, sobre todo si los padres no logran hacer coincidir sus vacaciones laborales con el receso escolar de los niños, y por lo tanto no logran estar una buena porción de esta temporada con ellos. En este escenario, muchos se preguntan cómo compartir tiempo de calidad con sus hijos, a pesar de tener que seguir trabajando durante los meses de diciembre y enero. La respuesta parece encontrarse en los fines de semana, que es cuando las familias pueden reencontrarse y tratar de pasar la mayor cantidad de tiempo posible juntos.
Como ya no hay deberes escolares y los niños han estado entre semana sin la compañía de sus padres la mayor parte de los días, es fundamental que ellos compensen su ausencia con una buena dedicación a sus pequeños los sábados y domingos, permitiéndoles vivir momentos memorables, aunque desde el lado de los adultos no se esté propiamente en ‘plan de vacaciones’.
Entonces, ¿cómo lograr maximizar el fin de semana para compartir con los pequeños de la casa? Sin necesidad de estresarse, vale la pena planear un poco las actividades que se pueden realizar durante el sábado y el domingo, para que los días de descanso no se queden en el popular “no hicimos nada”, sino que se aprovechen lo mejor posible.
Por eso, estas son algunas ideas y planes que puedes tener en cuenta a la hora de planear un fin de semana no solo en tiempos de vacaciones sino en toda época del año. Lo ideal es que puedas crear un cronograma con la participación de tus hijos, preguntándoles qué desean hacer, pensando también en tu presupuesto (hay ideas para todos los bolsillos y opciones que no cuestan nada) y combinar así múltiples actividades para vivir en cada día una experiencia nueva en familia.
Nada más cierto que ‘mente sana en cuerpo sano’. Una premisa que se potencia en los primeros años de vida, cuando el desarrollo cognitivo y físicosocial de los niños avanza a pasos agigantados. En este punto se requiere de apoyos como la recreación, el juego y el ejercicio para dinamizar ese crecimiento integral.
Luis Hernando Arboleda, médico deportólogo y rehabilitador cardiaco señala que “la práctica de cualquier actividad física o deporte se constituye, para todo el núcleo familiar, en una oportunidad de compartir, ya que el vínculo que se genera durante la interacción, fortalece la relación de padre-madre e hijos”.
Que mejor entonces, que pasar una mañana activa, saliendo a jugar fútbol o baloncesto a un parque del vecindario, trotando, haciendo una caminata ecológica a las afueras de la ciudad o subiendo alguna montaña en bicicleta. Aprovecha también las jornadas de ciclovía que promueven algunas ciudades.
Muchos niños aman colaborar en la cocina, sobre todo si saben que pueden tocar los alimentos, untarse los dedos, probar sabores y hacer recetas divertidas. Para ellos, esto es diversión pura. Cuando el arte de cocinar se hace en compañía de padres y niños se convierte en el vehículo perfecto para que el pequeño desarrolle ciertas habilidades: cuando los chicos cocinan reconocen texturas, olores, sabores y por lo tanto, estimulan el área táctil, gustativa, olfativa y auditiva. Aquí lo importante es que escojan recetas prácticas, divertidas y que agraden a todos.
No olvides, que puedes hacer esta actividad en cualquier momento del día: pueden
planear la preparación del desayuno o del almuerzo en familia o una tarde de hornear galletas o preparar snacks.
Definitivamente, el tiempo vuela cuando ponemos a prueba nuestra creatividad. Ya sea creando figuras de plastilina o de arcilla, pintando un cuadro, coloreando un dibujo o haciendo cualquier tipo de manualidad que nos implique hacer un molde, recortar, armar y decorar, obtendrás horas de concentración y alegría para tus pequeños. Si no sabes cómo entretenerlos y el presupuesto no alcanza para salir de casa, ármate de
ingenio y busca en casa hojas de papel, cartón tijeras, colores, pinturas, plastilinas, etc. y proponle a tu pequeño hacer una creación con sus propias manos.
Si te faltan las ideas, en internet hay cientos de tutoriales que te explican, paso a paso,
cómo hacer en casa divertidas manualidades a partir de elementos tan simples y cotidianos que encuentras en casa.
Una opción que resulta muy práctica para pasar tiempo con los niños es ver una película. Si bien puedes acceder a la oferta que ofrecen las principales salas de cine del país, también puedes considerar montar tu propia sala de cine en casa. Fuera del ahorro y la comodidad que representa hacerlo, esta alternativa te ofrece otras ventajas: podrás responder las preguntas que te hagan tus pequeños y tendrás un ambiente familiar en el que pueden estar todos “arrunchados”.
Es clave que, cuando decidas ver una película con tus hijos, no lo hagas solo por tenerlos 90 minutos al frente de la pantalla sino que te des el tiempo para comentar con ellos qué aprendieron, qué opinan sobre la manera en que cada personaje hizo tal cosa, qué hubieran hecho en esa circunstancia, etc.
¿Te has preguntado alguna vez cuántos parques de tu ciudad no conoces en familia? Quizá una de las frases que suena como música para los oídos de tus hijos sea “vamos al parque”. Puede ser a comer un helado, a jugar en el columpio, en el pasamanos o en el sube y baja, a pasear con la mascota de la casa o simplemente a caminar tomados de la mano y hablando de cualquier tema, el parque les ofrece a los niños la posibilidad de interactuar con un ambiente natural y socializar. A su vez, les permite tener un mayor
control corporal ya que las las acciones repetitivas que se llevan a cabo jugando en el parque les ayudan a adquirir fuerza y destreza en los diferentes grupos musculares.
Pocas personas saben que en sus ciudades hay museos que no cobran la entrada para
niños menores de 12 años y que además, mes a mes, cuentan con una oferta cultural pensada en ellos. Por ejemplo, el Museo de los Niños o Maloka, en Bogotá, ofrece permanentemente actividades de todo tipo. Allí, la ciencia y la tecnología son los vehículos para que los niños aprendan sin parar de jugar.
En el Museo de Antioquia, se realizan distintas actividades orientadas a los niños, pero existe un lugar muy especial llamado ‘La sala Pedrito Botero’, un recorrido lleno de juegos y materiales didácticos sobre la vida y obra de Fernando Botero. Por su parte, en el Museo del Caribe de Barranquilla, los niños pueden aprender sobre la cultura del Caribe a través de espacios creado especialmente para ellos, donde pueden interactuar, escuchar, tocar, comer y hasta bailar.
A su vez, el Museo Interactivo Abrakadabra, en Cali, fue creado como un escenario de aprendizaje alternativo para que niños, jóvenes y familias, se acerquen al conocimiento científico sobre los fenómenos naturales y los desarrollos tecnológicos, mediante el uso y la exploración de dispositivos interactivos.
Así pues, si estás desprogramado en fin de semana y quieres que tus hijos vivan una experiencia inolvidable, échale un vistazo a la programación de los museos que hay en tu ciudad. Estos suelen preparar una agenda bien nutrida para las vacaciones de los niños. ¡Seguro encontrarás buenas opciones para vivir una tarde en familia!
¿Qué tal vivir una noche de camping con tus hijos? Sin duda acampar resulta ser toda una aventura para los pequeños y una opción para salir de la rutina. Si cuentas con una carpa y conoces un lugar seguro en tu ciudad para hacerlo, puedes pedir prestada la finca de un amigo o de un familiar o solicitar el permiso para utilizar las zonas verdes de tu conjunto residencial, este será un magnífico plan para pasar una noche memorable. Puedes cantar canciones con tus niños, contar historias a la luz de la linterna o de una farola o divertirse viendo el firmamento y jugando a crear figuras con las estrellas.
De otro lado, si acampar no es lo tuyo o te resulta muy difícil, dadas las condiciones de seguridad que se requieren, prueba planear un día de picnic en el que prepares snacks y puedan disfrutar de una mañana o de una tarde de sol al aire libre.