Esta conducta, que se debe convertir en hábito, empieza en los primeros meses de vida del pequeño. Cuatro consejos de los expertos.
Entre más tarde se inicie el proceso de enseñarle a un niño a dormir solo, más complicado será que lo acepte. Así lo explica María Isabel Guerrero, sicóloga infantil, especialista en sicología clínica comportamental cognoscitiva, quien es clara al decir que los bebés están listos para dormir en su cuarto desde los 4 meses de vida, dado que es el momento en el que las rutinas de sueño-vigilia se empiezan a organizar.
Durante los primeros meses es aconsejable que comparta habitación con los padres, por la necesidad de cercanía, pero desde el primer día es aconsejable que tenga su espacio, que puede ser una cuna cerca de mamá.
Paula Bernal, sicóloga especializada en desarrollo infantil, dice que la idea de que los hijos no duerman con sus papás tiene que ver en primer lugar con la seguridad, “pues los progenitores a veces se dan la vuelta y los pueden ahogar; adicionalmente, es ideal que los recién nacidos duerman de medio lado, y ubicar los en la posición adecuada es más fácil en la cuna”.
El sueño, como todos los demás hábitos, se aprende, por eso es importante que los padres ayuden a sus pequeños a entender lo fundamental que es desarrollar su individualidad, independencia y autonomía desde muy corta edad. Si eso no se da, puede pasar que aparezcan problemas para dormir, además de ansiedad por la separación.
Guerrero cuenta que los temores de los padres y las culpas por no pasar mucho tiempo con los hijos son las causas más frecuentes de malos hábitos de sueño. Pero si toman conciencia de separar sus comportamientos de los de su hijo, será más sencillo no caer en errores que traigan consecuencias en la seguridad e independencia de los niños. Cuatro consejos de las expertas para manejar la situación:
1. Situaciones complejas
Cuando un pequeño muestra mucha ansiedad y quiere estar todo el tiempo con la mamá, la sicóloga Paula Bernal recomienda entrar a revisar de dónde proviene esa patología y estar disponibles emocionalmente para él en los momentos en que no duerme. Cuando vaya a dormir, hay que expresarle al niño el cariño, el amor y decirle que necesita aprender a dormir solito, como lo hacen todas las personas. Otra situación complicada en este proceso son las pataletas, y en estos casos siempre hay que demostrarles el afecto con las palabras, decirles que como padres saben que es un proceso difícil, pero que es importante llegar a dormir en su cuarto. Así, poco a poco, van aprendiendo a estar solos. Pero aquí también interviene la tranquilidad de los papás, porque si ellos sienten ansiedad y el deseo de dormir con los bebés, entonces son los progenitores quienes deben pedir ayuda, pues seguramente le están transfiriendo la angustia a su hijo. Si el niño está enfermo, Bernal dice que los papás deben acercarse a darles los medicamentos, estar pendientes de su temperatura, pero no llevarlos a su cama.
2. Consejos claves
Después de las seis de la tarde se recomienda que los padres no hagan ninguna actividad física con los niños, no es el momento de correr por toda la casa, sino que se debe empezar con actividades más tranquilas, como armar rompecabezas o leerles. “Pasar ese tiempo de calidad antes del sueño le da al niño la atención que necesita, para que no la extrañe cuando esté dormido”, complementa Bernal. El llanto es una manifestación que puede aparecer durante el proceso de enseñar a un niño a dormir solo, lo que recomienda la especialista es que éste sea acompañado: “La idea es entrar cada rato al cuarto y decirles cosas bonitas; si vuelve y llora, se espera un rato y otra vez vuelven a la habitación para darles a entender que sus papás están con ellos. Llega el punto en que el niño ya se cansa y se duerme, pero no sintió que lo abandonaron”. Pero entre a verlo sin sacarlo de la cuna. No lo acostumbre a alzarlo o ‘cuchichearlo’, porque se acostumbrará a esto para poder dormir.
3. Estrategias para incentivar el sueño
María Isabel Guerrero dice que es muy importante crear una rutina clara que dé inicio al sueño, que comienza una hora antes del momento de acostarlos, con una comida rica en proteínas. Luego, es aconsejable tener un proceso de aseo, lavarles los dientes y la cara, ponerles la pijama o bañarlos; después se puede leer una historia tranquila, y por último, dejarlos en su cuarto, hasta que se duerman por sí solos.
La especialista les recomienda a los padres los siguientes pasos:
•Establecer una hora consistente para acostarse a dormir y tener siestas, no esperar hasta que ellos estén cansados.
•Mantener la misma iluminación, temperatura y nivel de ruido en la habitación de los niños todos los días, evitando los televi-
sores y radios.
• Asegurarse de que las sábanas y cobijas de los niños estén frescas, suaves y limpias, y que sean apropiadas para la temperatura de
la habitación.
•Arroparlos para hacerlos sentir más seguros.
•Darles las buenas noches con mucho afecto y salir del cuarto después de apagar la luz. También puede dejar una lamparita de noche prendida, si esto reduce la ansiedad del pequeño.
4. Ayudas externas
Normalmente los bebés tienen objetos transicionales. Dice Paula Bernal, que puede ser, por ejemplo, un muñeco o una cobija preferida, y es muy importante que si se sienten muy angustiados por dormir solos tengan la compañía de ese factor adicional. “Es clave que el objeto sea seguro: sin ojos de pasta (deben ser cosidos), ninguna parte que se pueda desprender y cero etiquetas que el niño se pueda comer. En el caso de los móviles, la idea es ubicarlos fuera del alcance de los pequeños”, agrega la experta.
Por su parte, María Isabel Guerrero recomienda leerles un libro o contarles un cuento cuando ya están en la cama, o también cantarles una canción, apropiada para su edad.